Por la tierra y el agua
De los 445,6 millones de hectáreas de tierra que, en el globo, podrían ser utilizadas para la expansión del cultivo, 123,3 millones está enAmérica Latina. Sólo Africa la supera, con un 45 por ciento del total mundial. Paradójicamente, los dos continentes más sumergidos, más pauperizados, más sometidos, más olvidados.
Por la cinturadel planeta baja el sur. Con su dermis prolífica, con su vientre dispuesto a alimentar al mundo. El 52% de la soja del planeta se produce aquí. Y el 44% de la carne, el 70% de plátanos, el 45% de caféy el 45% de azúcar. Exportadora de trigo, maíz y carne, se proyectaba que la crisis internacional haría trepar el número de hambrientos en esta América a 71 millones. Es la foto del niño famélico queagoniza sobre una montaña de soja lista para embarcar.
En el subcontinente 80 millones de niños viven en la pobreza. El 17,9 por ciento (unos 32 millones) pasan hambre a pesar de que esta tierraferaz produce tres veces más de lo que se necesita para alimentar a sus habitantes suburbiales del mundo. Cepal y Unicef se rasgan las vestiduras difundiendo estos datos mientras el Banco Mundial fijasu ojo largo e infalible en la extensión de América Latina, en el agua de América Latina, en la virginidad y en la juventud de la tierra de América Latina. Para sembrar más, producir más, generar másterreno potencialmente cultivable y desmontar para lograrlo, sembrar más, producir más comida para alimentar al sector del mundo que devora más allá de la saciedad, por placer y hedonismo. Y...
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