Práctica Periodismo - Carta Costumbrista

Estimado Jacques.

Hace ya casi un año que deje París y marché a Barcelona como corresponsal para Le Figaro. Ha sido un años ciertamente duro, y diferente a como acostumbraba a vivir y trabajar en París.
Aun así, dudo que todo lo vivido sea siquiera comparable a todos los horrores que tú has tenido que padecer. Hace unos meses me contaron que, afortunadamente, habías vuelto sano y salvo de laGran Guerra y, hasta ahora, no había conseguido localizarte.

Acerca de mí, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos y ponerte al día es bastante difícil. La verdad es que mi vida en París transcurría con aparente normalidad, dentro de lo que cabe para un periodista, hasta que me enviaron como corresponsal de asuntos exteriores a España, concretamente a Barcelona. Las razones porlas que fui trasladado ya no son de importancia, la cuestión es que tuve que dejar a familia y amigos y venir a vivir aquí, a Barcelona, a vivir. Después de un año solo puedo decir que Barcelona es una ciudad especial, todavía no sé si en sentido positivo o negativo

A mi llegada, me pareció una ciudad realmente atrayente, era una mañana soleada y bastante calurosa en comparación a París, paraser un mes de enero; mi nuevo alojamiento se encontraba bastante lejos de la estación así que tuve que usar el tranvía y, como ya sabes sabes, los trenes me fascinan. El tranvía en Barcelona se ha modernizado hace relativamente escaso tiempo gracias a su electrificación; inexplicablemente hay voces criticas en diversos sectores intelectuales sobre este avance: lo consideran un sacrilegio a laantigua tradición de mulas y burros.
En ese momento, cuando subí al tren, dejé a un lado la objetividad del periodista, craso error, y me sumergí en lo que a mi me pareció una ciudad mágica: niños correteando, señoras realizando sus quehaceres, hombres despistados que esquivaban en el último momento el tren, bicicletas que pretendían rivalizar con el ferrocarril, obreros, familias... La cantidad decoches era, y es, sustancialmente menor que en París, aunque parece que este medio de transporte va imponiéndose, poco a poco, gracias al desarrollo de la industria tras la Gran Guerra.

En definitiva, Barcelona es una ciudad que entra por los sentidos, te maravilla y fascina: sus edificios, sus calles... Aunque, como todo, tiene su fondo turbio. Un fondo turbio que sale a la luz en determinadosmomentos, un fondo turbio que hace que la ciudad se convierta en un pequeño Infierno.

Sí, después de ésto te estarás preguntando ¿craso error? ¿fondo turbio? ¿pequeño Infierno? Craso error porque no me percaté de lo que subyacía tras todo eso, como periodista no fui capaz de captar, el fondo turbio, o no tan profundo, de la tensión que realmente se encontraba tras la fachada de la sociedad. Meconoces y sabes que siempre se me ha dado bien captar esos detalles, esos detalles que realmente son los que caracterizan a una sociedad, pero hasta que no me encontré de bruces con la famosa huelga de “La Canadiense” y los posteriores acontecimientos no llegué a comprender la magnitud de la situación: el pequeño y mágico infierno de pistoleros en el cual se había convertido Barcelona.

Durantelas tres primeras semanas me sumergí en la plácida vida burguesa de clase media, dentro de lo que cabe debido a mi limitado sueldo. En España, a pesar del auge económico que el país ha parecido experimentar gracias a su inhibición en la Gran Guerra, los precios son relativamente más bajos que en nuestra patria. Así, empecé a frecuentar diversos cafés burgueses, y en ellos me informé, tras variaspláticas, de la situación política española.
El panorama político español era, y sigue siendo, muy inestable, es raro el gobierno que perdura en el poder durante más de seis meses y excepcional el que lo hace durante un periodo mayor al de un año; por aquel momento si mal no recuerdo se había instaurado un gobierno unitario presidido por Maura, con buenas intenciones pero muy débil que se...