Promesa De Amor Eterno

PROMESA DE AMOR ETERNO
Miraba por la ventana con ansiedad, en busca de una silueta que resplandeciera entre el bosquejo de los arboles que rodean su casa, algo que alimentara la esperanza de que él vendría, que no faltaría a su promesa. Mientras esperaba recostada en el marco de la ventana, visualizo el mar bañando la playa y sus pies en la arena. La brisa la rosaba sin cesar mientras la lunailuminaba su cabellera color bronce junto con su tez pálida, y reflejando a la vez, un haz de luz sobre las aguas tranquilas del mar, desde la orilla de la playa hasta llegar a un pequeño cerro en medio de la bahía llamado Santa Clara. De pronto concibió una luz singular que se movía en la playa del cerro, acercándose cada vez más a ella. Minutos después, distinguió un pequeño velero blanco ygastado por las aguas, en el que venía aquel amor que nació en su niñez, el hombre que dio comienzo a esa epidemia de latidos fuertes dentro de ella, aquel que hervía su sangre con tan sólo su presencia. Lo veía tal como cuando se fue, en aquél momento del ultimo adiós, donde se juraron amor eterno y se estableció una promesa, donde acordaron guardar su pureza, para entregársela uno al otro el día desu regreso, bajo la penumbra del bosque, a la orilla del lago Cirí, el cual se encontraba a medio kilometro de sus propiedades, ese mismo día dentro de cuatro años. Cuando el velero toco la orilla de la playa, ella sintió como sus vellos, por causa de la ansiedad, se ponían a flor de piel. Él bajo de la embarcación y se dirigió hacia ella con una mirada transparente y ardiente, al parecer deamor, o eso percibió ella. Se sentía congelada ante la presencia de ese hombre con tez blanca, cabellos negro azabache, figura corpulenta -que a la vez parecía delgada-, y esos ojos grises de mirada intimidante y seductora, que producía una sensación de alivio con sólo posarse sobre ella. Luego, ya estando frente a frente, el estiró la mano para alcanzar la de ella, en ese momento el suelo empezóhundirse, creando un orificio, alejándolo y llevándolo con él en milésimas de segundos. Ella no entendía que sucedía, el pánico empezó a consumirla. El luchaba por salir, y agitaba las manos para alzarla. Luego, la arena lo trago y ella quedo sola, envuelta en lamentos y llanto. Inmediatamente despertó a causa del dolor que produjo esa horrenda pesadilla dentro de si misma. Estaba anocheciendo y seacercaba la hora del encuentro. Ya habían pasado cuatro años, desde aquel adiós, cuando tan sólo tenía 15 y Adrián tenía poco más de 19. Se dirigió al espeso y contemplo su figura: su tez pálida, su cabello largo, liso y ondulado el las puntas, se había oscurecido desde su último encuentro, ahora esta negro. Sus caderas ahora eran más anchas y su cintura más pronunciada. Noto temor es su mirada,respiro hondo, cerro los ojos e intento tranquilarse, cuando los abrió, noto un brillo singular, que hace tanto no veía en ella. Sus ojos azul mar con toques violetas estaban más resplandecientes que nunca. Encendió una vela en medio de la penumbra del crepúsculo, y decidió ponerse su vestido azul plata, pues había bañado sus vestido blanco con lágrimas negras. Se sentía rara con el maquilla, yaque no solía ponerse, así que se lavó la cara, peino su cabellera, perfumo su piel, y bajo a su encuentro en el bosque de robles blanco, a menos de medio kilometro de la parte trasera de su casa.
EL viento gélido la hizo cubrirse con la capa negra que su abuela le había dado de cumpleaños. Camino lento y conciso, tratando de asimilar lo que entre pronto abría de pasar. Tenía miedo que su padreentrará a su cuarto –aunque no solía hacerlo luego de las cinco de la tarde- y se diera cuenta que había huido de casa para encontrarse con Adrián, a quién tanto odiaba por la disputa que desde hace años con la familia Almos. Estaba dispuesta a dejar de llevar su nombre el “de la Torre” y ser sólo María Ángel a cambio de estar con él para siempre. Sería algún día, si Dios lo quería así, María Ángel...