PROMOCI N Y PROTECCI N DE LA SALUD
El concepto de salud fue variando a lo largo de la historia. En una primera etapa, la salud y la enfermedad estaban
relacionadas con el accionar de los dioses, con lo sobrenatural. Los desarrollos tecnológicos y las investigaciones médicas han
contribuido a mejorar la salud de la población y el tratamiento de las enfermedades. La OMS ha elaborado la siguiente definición
del concepto de salud, que figura en el preámbulo de su constitución:
SALUD es
el estado de completo bienestar físico, mental y social,
y no solamente' la ausencia de afecciones o enfermedades.
Según este concepto, un hombre sano no es solo el que siente bienestar en su anatomía y fisiología corporal,
sino aquel que, además, posee armonía en su vida afectiva, en su mente y se integra a la sociedad y al medio ambiente
en los que está inserto. Esta definición de salud representa una reacción contra la concepción habitual, entendida como
una mera ausencia de enfermedad, pero también lleva a pensar que existe un estado de salud ideal aplicable a todo el
mundo. Ahora, ¿es esto realmente cierto? El derecho fundamental de los hombres a alcanzar un grado máximo de
salud se ve limitado por ciertas circunstancias, como por ejemplo, las enfermedades congénitas o secuelas de
accidentes sufridos. El grado de adaptación al medio, y, por lo tanto, el grado máximo de salud, no son los mismos
para todos. Por otra parte, puede que una persona se sienta bien, es decir que sienta un bienestar, y sin embargo esté
cursando una enfermedad en una etapa asintomática. La salud, más que un estado es un proceso dinámico en el que
algunas veces nos encontramos más cerca del nuestro máximo estado de salud posible y otras veces más lejos.
De la salud a la enfermedad
El hombre nace con un caudal de salud condicionado por su genoma y posee una extraordinaria
capacidad de adaptación al medio ambiente; aunque en la actualidad, la rapidez de los cambios sobrepasa
considerablemente su capacidad de adaptación biológica e incluso, la psíquica y social.
El individuo sano está influenciado por numerosos
agentes patógenos
, también llamados
noxas (virus,
bacterias, problemas laborales, ruido, smog, etc.) Las noxas biológicas pueden ser virus, bacterias, protozoos, hongos
o parásitos pluricelulares (ecto o endoparásitos). También pueden existir noxas físicas (golpes, radiaciones, factores
climáticos) o químicas (tóxicos, medicamentos, alcohol, tabaco, limpiadores, solventes o venenos); noxas psíquicas,
sociales o culturales (soledad, stress, problemas económicos, culturales, laborales, discriminación, etc.) Si el
organismo logra adaptarse a la influencia de las noxas, mantiene su estado de salud; de lo contrario, sobreviene la
enfermedad. Una ruptura o desequilibrio en cualquiera de los tres aspectos de la salud condiciona a los demás: un trastorno mental o social puede afectar el bienestar físico.
¿Cómo se transmiten las noxas?
Los agentes patógenos2 pueden transmitirse a las personas desde un ser vivo o desde cualquier otro elemento
del ambiente en el que se encuentre. Se reconocen dos vías de transmisión: directa e indirecta.
● Transmisión directa.
Es la transferencia del agente patógeno sin intermediarios, desde el enfermo al sano. Por
ejemplo: al besarse, a través de relaciones sexuales, por el contacto con las microgotas que se despiden al
estornudar o toser, etcétera.
● Transmisión indirecta.
Se produce cuando el agente patógeno pasa al individuo sano de un intermediario, que
puede ser otro ser vivo, o mediante un elemento no vivo del ambiente. Por ejemplo micosis, pediculosis, eruptivas, ...
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