provecho para todos

Desde mi lugar de adicto en recuperación al twitter escribo esta columna de jueves. Por cierto que es un lugar de tremenda incomodidad conmigo mismo que supongo es compartido por muchos de ustedes.Las redes sociales se han convertido en un medio instantáneo para expresar opiniones, para generar movimientos ciudadanos de modesto alcance (por lo menos en México) , para informar o desinformar a lapoblación, para hacerse autopromoción generando tuits sobre nuestros logros profesionales, escritos, libros publicados, amores recién estrenados, vidas felices que casi siempre dicen algo así: "Hoyes lunes. Empieza una semana de maravillosas posibilidades".
Lo que me he puesto a pensar en estos días como usuaria cada vez menos feliz de las redes sociales, es que nos metemos en problemas cuandoquitamos la mirada atenta de nuestro propio camino y nos enfocamos en mirar la vida reluciente de alguien más. Mi sensación es de mareo; de perder mi propio piso, mi arraigo o mi ancla respecto de mipropia vida. Me impresionan las declaraciones de amor y odio extremo en el twitter, en todos los terrenos. La capacidad con la que descalificamos de inmediato a quien no está de acuerdo con nuestraopinión, los comentarios ofensivos sobre las imágenes que usamos como avatar, las declaraciones amorosas vía DMs (mensajes directos privados) provenientes de personas que ni siquiera saben quienessomos.
Insisto en que todo esto lo reflexiono desde el lugar de protagonista de muchas de estas actitudes. El acoso y los celos seguro se han intensificado con el twitter y con el facebook. No hemuestreado el asunto, pero veo cada vez más frecuentemente parejas al borde del colapso porque ella le encontró fotos o mensajes a él en facebook o porque él revisa quiénes son los seguidores de ella entwitter y a quien de estos sigue ella.
Muchos tuiteros bromean constantemente sobre cuáles son los límites entre la simple curiosidad y el acoso. Un tuitero dijo que dependía de la intensidad con la que...