Prueba De Fuego
James Dashner
MAZE RUNNER PRUEBA DE FUEGO
Prueba de Fuego
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James Dashner
Título original: The Scorch Triáis Dirección editorial: Lidia María Riba Dirección de proyecto:
Cristina Alemany Traducción y edición: Silvina Poch Supervisión: María Inés Linares
Colaboración editorial: Adriana Cataño Corrección: Roxanna Erdman Dirección de arte: Trini Vergara Paula Fernández Armado y adaptación de diseño: Verónica Trombetta Silvia
Prado (Estudio Golum) Ilustración de cubierta: Marcelo Orsi Blanco (Depeapá Contenidos)
©2010 James Dashner ©2011 V&R Editoras www.vreditoras.com
Todos los derechos reservados. Prohibidos, dentro de los límites establecidos por la ley, la reproducción total o parcial de esta obra, el almacenamiento o transmisión por medios electrónicos o mecánicos, las fotocopias o
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ISBN: 9789876123549 Impreso en México, Mayo de 2011. Quad/Graphics Querétaro, S.A.
de C.V.
Dashner.James Maze Runner: Prueba de ruego. la ed. – Ciudad Autónoma de Buenos
Aires: V&R, 2011. 392 p.; 20x14 cm.
Traducido por: Silvina Poch ISBN 9789876123549 1. Narrativa Estadounidense. I. Poch,
Silvina, trad. II.Título CDD 813
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Antes de que el mundo se viniera abajo, ella habló una vez más. —Hey, ¿estás despierto?
Thomas se movió en la cama. Sintió que la oscuridad que lo rodeaba era como una masa de
aire sólido que lo oprimía. Al principio, el pánico se apoderó de él. Abrió los ojos de golpe pensando que se encontraba otra vez en la Caja, ese horrible cubículo de metal que lo había
enviado al Área y al Laberinto. Pero había una luz débil y, de manera gradual, fueron
surgiendo bultos y sombras borrosas en la enorme habitación. Literas. Cómodas. La
respiración suave y los ronquidos de chicos en medio de un sueño profundo. El alivio lo invadió: ahora estaba seguro. Había sido rescatado y llevado a esa
residencia. No más preocupaciones. No más Penitentes. No más muerte.
¿Tom? Una voz dentro de su cabeza. De una chica. Aunque no era audible ni visible, él igual
la escuchaba, pero no podría explicar cómo lo hacía.
Exhaló con fuerza, se relajó en la almohada y, después de ese fugaz momento de
terror, sus nervios se calmaron. Formó las palabras con sus pensamientos y le envió la
respuesta. ¿Teresa? ¿Qué hora es? Ni idea, contestó ella. Pero no puedo conciliar el sueño. Es
probable que haya dormido más o menos una hora. Quizá un poco más. Esperaba que
estuvieras despierto para hacerme compañía.
Thomas hizo un esfuerzo para no sonreír. Aun cuando ella no pudiera notarlo, de
todas formas a él le daba vergüenza. Creo que no me dejaste muchas opciones. Es bastante difícil dormir con alguien
hablándote dentro de la mente. Bueno, entonces deja de quejarte y cierra los ojos.
No, está bien. Observó la parte inferior de la litera que se encontraba encima de él
—una mancha oscura e indefinida en la penumbra— donde dormía Minho, que respiraba
como si tuviera una cantidad inhumana de flema alojada en la garganta. ¿En qué estabas pensando? ¿Tú qué crees? Sus palabras brotaron cargadas de cinismo.
Sigo viendo Penitentes por todos lados: la piel desagradable, los cuerpos gelatinosos, esas
armas y púas de metal. Estuvimos demasiado cerca, Tom. ¿Qué haremos para quitarnos
todo eso de la cabeza?
Thomas lo sabía muy bien. Esas imágenes no se borrarían nunca. Las cosas horribles
que habían sucedido en ...
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