psicologia
MOMENTO 1. APERTURA Un pasaje del diario de Beatriz Diéguez, maestra y Profesora de Literatura
Tenía que empezar con mi unidad didáctica. Mientras preparaba mi cla- se, pensaba en un inicio fuerte, algo que fuera realmente impactante pa- ra mis alumnos. De pronto, me descubrí diciéndome a mí misma: — ¡Pe- ro quétonta, es fácil! Solo tengo que buscar un buen texto. Después, se lo leo en voz alta, con emoción, con sonoridad... Sabía que, a mis alum- nos, les gustaba que les leyera en voz alta. Ya lo había hecho otras veces con algún pasaje de un cuento. Cuando empezaba a leer, se producía un silencio mágico.
No tuve que buscar demasiado. Enseguida acudió a mi mente un escrito de Eduardo Galeano que mefascina:
A la casa de tas palabras, soñó Helena Villagra, acudían los poetas. Las pala- bras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas rogaban a los poetas que las mira- ran, que las olieran, que las tocaran, que las lamieran.
Los poetas abrían frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relam- ían ofruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conoc- ían y también buscaban palabras que conocían y habían perdido1.
1 Fragmento de "La casa de las palabras", en El Libro de los abrazos, Montevideo. Ediciones del Chanchito, 1989.
22 Estrategias de enseñanza
Además, ese texto me remontaba a mi adolescencia, al momento mara- villoso delencuentro con las palabras y su encanto. No podía fallar. Mis alum- nos hicieron silencio durante la lectura. Pero el silencio se prolongó mucho más allá. A pesar de mis preguntas, nadie comentaba nada. Entonces empecé a explicarles, a contarles, a... Era inútil, el texto no resonaba en ese auditorio.
Seguí hablando, intentando compartir con ellos mi universo de sentidos. Al- gunos sonreían, otrosagachaban la cabeza, otros miraban distraídamente su reloj. Después de un rato, uno que otro, solo para quebrar el silencio, co- menzó a responder con algún monosílabo o con esas respuestas que usan los estudiantes cuando quieren quedar bien con el docente.
¿Qué pensó y qué sintió al leer este relato de una colega? ¿Alguna vez, experimentó algo parecido?
Le sugerimos que, con sus respuestasa estas preguntas en mente, con- tinúe leyendo el capitulo.
MOMENTO 2. DESARROLLO Entre la planificación y la acción
¿Cuánto tiempo dedicamos los docentes a pensar en cómo enseñar, a bus- car recursos interesantes y pertinentes al campo disciplinar, a escribir las consignas de trabajo, a organizar los modos de agrupamiento, los recursos, el tiempo disponible, la evaluación? ¿Por qué, apesar de tener un plan elaborado, a veces, no resulta como lo habíamos anticipado? Y cuando sí resulta, ¿de qué depende que nuestra pro- gramación didáctica funcione? Probablemente, la respuesta más inmediata sea que la clase funciona cuando todos los componentes de la programación2 son coherentes entre sí; válidos para el contenido que se ha de enseñar, relevantes para el docente y significativospara el grupo de alumnos destinatario. Pero aún así sabemos que, en oca-
2 Cuando hablamos de componentes de la programación didáctica, nos referimos a los objetivos o a las expectativas de logro, al tipo de contenido que se ha de ensenar, a su grado de profundidad y secuencia de presentación; a los momen- tos de la enseñanza de dicho contenido (en el Iniciode una unidad, en el desarrollo, en el cierre); al uso de los recursos; a la organización y distribución del tiempo; a las actividades que los alumnos habrán de realizar y a la evaluación.
¿Cómo enseñamos? Las estrategias entre la teoría y la práctica 23 siones, docentes con experiencia tienen la sensación de fracaso en alguna de sus clases, al mismo tiempo que algún docente principiante...
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