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·El exilio·

Ahmed, un niño sirio de apenas 12 años vagaba solitario por las llanuras que rodeaban su aldea, Al Horjelah, a unos 15 kilómetros de la capital del país, Damasco. Le gustaba ayudar a su padre con el ganado de vacas y cabras y, también a su madre, en las tareas del hogar y los cultivos. Era un chico como cualquiera, le gustaba el fútbol e iba a la escuela de una aldea cercana.Ahmed, aunque tenía pocos recursos, tenía una pequeña tele en su cabaña en la que veía día a día como los conflictos entre los países colindantes al suyo aumentaban de intensidad, sentía curiosidad por aquellas palabras que tenían siempre en boca los presentadores del telediario nacional, “Primavera Árabe”. Él tenía miedo por todo aquello que estaba pasando aunque le mantenía tranquilo la situaciónde su familia y hasta entonces, de su país.
Acabó 2010, un buen año para la familia de Ahmed, en el cual habían conseguido grandes cosechas y la producción de leche fue ,aunque no del todo buena, sí aceptable.
Comenzó 2011 y las cosas empezaron a empeorar; las protestas, huelgas y manifestaciones se multiplicaron en todas las ciudades del país. El padre de Ahmed decía que apoyaba a losmanifestantes; la madre, aunque no del todo a favor, los apoyaba también. El pequeño no entendía que estaba pasando y, curioso, se lo preguntó.
Su padre simplemente le dijo que eran cosas de mayores y que no lo entendería. Intrigado, fue a preguntárselo a su madre pero, ante su sorpresa, le dijo lo mismo. Ahmed apenado se fue a la cama pronto y pensando qué sería todo eso que salía en la tele, hombresenfadados que protestaban y se enfrentaban entre ellos por una razón desconocida.
En aquel año el estado económico de la familia empeoró hasta niveles que hasta hace 3 meses atrás eran impensables. Tuvieron que vender las tierras por un coste bastante reducido y el ganado, a un mayorista de la capital.
Ante esta situación la familia decidió, como muchos otros vecinos de la zona, mudarse de aquellaaldea, en la cual sentían miedo.
La familia Salim ,que así era como se apellidaba el padre, decidieron irse a una ciudad de la Siria Central, llamada Hama, al norte de Damasco, donde intentarían establecerse y continuar la vida con normalidad.
Varias semanas después, cuando la presión social, acompañada de huelgas y manifestaciones, había disminuido, Ahmed logró ir a la escuela de la ciudad,donde fue aceptado y metido en una clase con treinta niños de su edad y con un tamaño de no más de 70 metros cuadrados, en donde el calor era asfixiante y la humedad bastante alta.
Ahmed logró hacerse amigo de varios chicos de diferente aldeas y pueblos de los alrededores.
Semanas más tarde, la profesora en la clase de historia empezó a hablar a los niños sobre lo que estaba ocurriendo en el país.Algunos no sabían nada, otros ,en cambio, ya habían oído algo por la radio y la tele, como en el caso de Ahmed.
Adira, que así era como se llamaba la profesora, contó a los niños las causas de las revueltas. Les dijo que el gobierno del país estaba incumpliendo normas básicas de los derechos humanos y que se estaba produciendo un aumento de la corrupción política. Las protestas se multiplicaban,además, cada vez eran más agresivas y producían un mayor número de heridos.
Ahmed al llegar a casa se sentía confuso, estaba triste por toda esa gente que luchaba por sus derechos y que, a cambio, recibían golpes y eran detenidos por las autoridades pero a la vez se sentía orgulloso del estado, hasta el momento, de su ciudad.
El 4 de junio de este mismo año comenzaron las revueltas entre lasFuerzas Armadas sirias, que apoyaban al gobierno, y diversos grupos rebeldes de la oposición que, por el contrario, buscaban derrocarlo. Estas guerrillas se estaban produciendo en Jisr Al-Shugur, provocando el exilio de la mayor parte de los habitantes a la vecina Turquía, otros por el contrario, lucharon por sus derechos y se quedaron en el ciudad defendiéndose de las acometidas de las Fuerzas...