real audiencia

A él le aburría lo fácil. Era por eso que no le gustaba ir a las putas. Y cada vez que sus amigos lo invitaban después de tragos largos, él terminaba inventando alguna excusa para escurrirse en la noche. Y no era porque las considerara menos, o las despreciara, porque claramente idolatraba la belleza que habitaba en cada mujer; sino porque realmente todo el amor que había conocido hasta eseentonces, siempre fue complicado. Muy complicado. Y ese era exactamente el tipo de amor que a él le gustaba.
Era como si el amor y la complicación se encontraran, se enamoraran, se enredaran y salieran a buscarlo por su nombre.
– Adrián Cartagena. Les decía tomándole la mano mientras las devoraba con la clara intención que sus oscuros ojos demandaban. Siempre se presentaba con nombre y apellido.Sería por eso que la noche celosa, indefectiblemente lo encontraba por ahí. Apropiando besos de labios con dueños. Reflejado en pupilas de mujeres imposibles. Embriagado en lo peligroso. Abrazando lo prohibido.
Y esa noche no era una noche cualquiera. Esa noche caía sigilosa y agazapada, acechándolo en lugares de sombra, determinada en buscarlo y encontrarlo.
Y así lo descubrió sentado solo en elbar de un hotel, cohabitando con sus nómadas fugaces, mientras entraban y salían al compás de sus destinos que buscaban geografías.
A él siempre le gustaron los hoteles. No para quedarse a dormir, ya que entendía que la noche no era para eso; sino por el carácter transeúnte que tenían siempre sus habitantes, especialmente los del género femenino que fueran de su agrado.
Ese sentido deimpermanencia lo atraía. Las posibilidades lo llamaban a jugar en la noche de un lobby, de un bar, de cualquier habitación de un hotel, con una mujer que quisiera cobijarse en su amor y presenciar su arte. Porque después de todo, él entendía que amar es un arte, y de alguna manera, era lo mejor que hacía.
Su 'gin & tonic' era compañero, pero más que eso, era su cómplice, su capa y su batuta. Y mientrascontemplaba al hielo cambiar su estado, él se preguntaba porqué sería que casi todos lo bares de hoteles tienen nombre de mujer.
Éste se llamaba Rachel's. ‘Raquel’. ‘En inglés sonaba un poco más exótico. Aunque raramente caía alguna gringa por aquí.’ Pensó mientras saboreaba algún recuerdo en el que sus besos se expresaban mejor que sus palabras; porque él de inglés, no entendía nada.
El hotel erasimple, pero el bar tenía todos los elementos necesarios para una buena cacería. Una gran barra, un poco barroca, y sillones de pana roja que emanaban una lujuria ostentosa, bajo luces pobres que en su complicidad pintaban lugares íntimos, especialmente por los rincones. El hecho que el hotel estuviera cerca del aeropuerto, le ponía el toque final a la dinámica de sus efímeros habitantes.
Comomuchas otras noches, esperaba a cualquier mujer, pero no a una mujer cualquiera. Sino a esa que supiera lo que quería. Una que después de una larga jornada laboral, decidiera que necesitaba un trago, y estuviera abierta a la posibilidad de terminar el día acurrucada en los brazos de lo que le brindara la noche.
Entre los sorbos de su trago amargo, él marcaba el paso del tiempo con bocanadas del humode un cigarrillo, que siempre parecía estar por terminarse. Lo inhalaba con certeza hacia su pecho, que lo recibía, se expandía, se contraía, y el humo que lo habitaba se disipaba en sus labios, volviendo al aire, que en su presencia lo diluía.
Tenía un vestido blanco de lino que le abrazaba los senos, y la vio acercarse al bar a través de un gran espejo con marco dorado, que le permitía notarquien se aproximaba sin dejar escapar su intención.
Ella miró las mesas con los sillones rojos y después de una pequeña pausa se acercó al bar. Depositó su cartera en la barra y se sentó a un par de asientos de distancia. Ante la pregunta del barman y sin pedir el menú de tragos, ella ordenó lo que quería sin titubear. En ese mismo momento, él supo claramente que ella no estaría esperando a...