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Aportes de la antropología simbólica y etnografía para la investigación en formación de docentes.



Eduardo Mercado Cruz


Presentación

Hacer investigación en un campo específico, como el educativo, supone algunos retos en el plano teórico, metodológico y técnico. Es común que quienes nos iniciamos en la tarea de investigar, lo primero que deseamos esclarecer es el método quehabremos de seguir. Auguramos que teniendo clara el método resolveremos con éxito la tarea que nos hemos propuesto.
Probablemente pocos ponen en duda que la aplicación y uso adecuado del método garantiza el desarrollo de nuestra actividad investigativa; sin embargo habría que preguntarse si ¿Es el método el que define el objeto de nuestra investigación o es el tema que hemos elegido y las preguntasque hacemos lo que nos lleva a utilizar un método, una teoría, unas técnicas y unos instrumentos específicos?, ¿En qué medida, la naturaleza del objeto de estudio, particularmente cuando éste refiere a la formación y a la práctica docente, hace necesario no sólo asumir una posición en el orden de lo epistemológico y lo teórico, sino también la construcción de estrategias metodológicas particularesde investigación para una actividad que nos es tan familiar?
El presente artículo tiene el propósito de discutir, a partir de los aportes de la antropología simbólica y la etnografía estas preguntas, asumimos que en la investigación los caminos metodológicos son inciertos, que si bien delinean la forma de indagar un objeto de estudio, cuando nos acercamos a ellos, no hacemos más que recrearlos.Ello implica re-utilizar propuestas metodológicas, teorías y conceptos provenientes de diferentes disciplinas científicas, para hacerlos útiles a las preocupaciones y preguntas que cada uno va construyendo; por tanto, y esa es una de las tesis de discusión que aquí se defiende, es la naturaleza del objeto de estudio la que habrá de guiar y orientar el camino metodológico a seguir.
Por otrolado, esta tesis también nos advierte respecto al tipo de acercamiento a la realidad social y educativa, pues en el caso de los maestros, ya sea en los procesos de formación inicial o en los de práctica docente, la realización de la investigación obliga a realizar un ejercicio de distanciamiento de la experiencia y vivencia inmediata; es decir, implica, para usar las palabras de Erickson (1998),hacer extraño, aquello que nos es tan familiar.

El maestro-investigador y la posición frente a su objeto de estudio: a manera de antecedente.

Tal y como lo han expuesto diferentes autores (Erickson, 1998, Sánchez Puentes, 2004, Bertely, 2001) el acto de investigar prácticas y procesos educativos requiere considerar las dimensiones y niveles de la realidad educativa; iniciarse en estaactividad implica asumir una posición epistemológica, teórica y metodológica respecto a lo que se desea indagar. En cierto sentido existe consenso (aunque con sus matices) en relación con la actividad investigativa de los maestros, la cual consiste en desarrollar la capacidad de problematizar la realidad, una “realidad” que dicho sea de paso, no sólo nos es próxima, sino en la que además estamosinvolcrados de manera directa; pero ¿qué implica o cómo se problematiza la realidad?
Sánchez Puentes sostiene que la problematización “es uno de los grandes quehaceres de la generación del conocimiento... es un proceso que se describe como: un cuestionamiento del investigador, una clarificación del objeto de estudio, y un trabajo de localización/construcción del problema de investigación” (pág.131-132),en este sentido, sostiene el autor, si bien la realidad está ahí, es el acto de indagación científica lo que nos permite (re) des-cubrir dicha realidad para construirla como un problema; apoyándose en Bachelard argumenta que “ante todo, es necesario saber plantear los problemas y dígase lo que se quiera, en la vida científica los problemas se plantean por sí mismos [...] nada es espontáneo....