“Representaciones Y Prácticas De La Ciudadanía. Una Lectura Histórico-Pedagógica Del Caso Argentino”.

“Representaciones y prácticas de la ciudadanía.
Una lectura histórico-pedagógica del caso argentino”.
María Mercedes Oraisón

La construcción de la ciudadanía en Argentina es una cuestión que convoca a múltiples líneas de discusión y análisis, entre las que se entrecruzan miradas ideológicas y fuertes intereses sectoriales.
Los sucesivos gobiernos de nuestra historia, aun losautoproclamados como democráticos, han conquistado y consolidado su poder sosteniendo y promoviendo una imagen ambivalente de la ciudadanía: en algunos casos, devaluada, débil y heterónoma, en otros, políticamente disciplinada y militante. La transición de un gobierno a otro generó profundas contradicciones, marchas y contramarchas potenciadas por los reiterados quiebres del orden constitucional y lainstauración de dictaduras que produjeron profundas e irreversibles rupturas en las formas de sociabilidad política y en la maduración del compromiso democrático- participativo en la conciencia colectiva.
La educación formal o no formal fue vista como una herramienta fundamental para la transmisión de valores, representaciones y prácticas socioculturales a partir de los cuales se configuraron,consolidaron o desnaturalizaron, diferentes imágenes de ciudadano.
Educación, democracia y ciudadanía
En la antigüedad la relación entre política y educación llegó a ser tan estrecha que los limites e incumbencias entre una y otro se entrecruzaban. Esta relación se vio influenciada por la cosmovisión teocéntrica ya que se había asimilado las cuestiones de estado con los asuntos de fe, intentandolegitimar los poderes terrenales mediante argumentaciones sobre naturales y dogmaticas.
Con la revolución francesa la vinculación entre educación y política recobro sus fuerzas al concebir a la educación como un requisito fundamental para la instauración del nuevo orden y, por lo tanto, como una función prioritaria del estado. Los sistemas educativos que se conformaron a mediados del siglo XIXasumieron como propósito fundamental la formación de un nuevo sujeto acorde a las demandas cívicas y sociales de la modernidad política. A partir de ello se gestaron dos líneas político – educativas, una liberal burguesa y otra nacionalista igualitaria que presentaron programas divergentes de formación del ciudadano. En ellos se manifiesta las disputas ideológicas en torno a los criterios de legitimidadque deberían fundar el nuevo orden; disputas que reflejaran la confrontación entre dos tradiciones políticas: la liberal y la republicana.
La tradición liberal reconoce que las fuentes de normatividad en las que debe sostenerse el poder del estado están en los derechos naturales de los que se derivan las libertades básicas. El liberalismo postula una idea de estado neutral cometido únicamente conla protección de las autonomías individuales. Dentro de este paradigma la ciudadanía es definida como un estatuto jurídico, más que una exigencia de implicación política, una base para reclamar derechos, y no un vínculo que pide responsabilidades. Por lo que el perfil del ciudadano liberal se resume en un conjunto limitado de responsabilidades y deberes y en el conocimiento y disposición de laslibertades políticas que le corresponden. El ejerció de la ciudadanía se restringe a la elecciones sus representantes, al respeto por las normas mínimas de la convivencia, y al desarrollo de actitudes de tolerancia hacia los sujetos poseedores de los mismos derechos.
En la tradición republicana, la vida política es el ámbito en donde los hombres buscan conjuntamente su bien. Esto implica que lapropia libertad debe balancearse con las de los demás modelo de democracia republicana se sustenta en la participación, en la intervención sin restricciones de los ciudadanos en los asuntos públicos y en una opinión pública fuerte que ejerza el control y la regulación de los poderes e instituciones públicas.

La ciudadanía moderna: un concepto que se construye entre tenciones.
Alimentado de...