Reseña crítica de "en el gallo de hierro", de paul theroux
Eso hace que algunos de los temas que trata se repitan una y otra vez mientras que otros sólo son abordados de pasada y que las quinientas veinticuatro páginas de la edición castellana resulten en una amalgama algo caótica de breves encuentros entre los que a menudo no existe más conexión que la aportada por elpropio autor, y tan pronto nos encontramos ante una descripción minuciosa de los campos de arroz como una conversación con la esposa del embajador de los Estados Unidos en China, sin que entre las dos medie ninguna interrupción ni transición de ningún tipo, de manera similar a como ambas explicaciones aparecerían en un diario personal no destinado a la publicación, en el que ni siquiera el estilonarrativo es unificado.
En este sentido, hay que decir que En el Gallo de Hierro resulta un libro muy fácil de leer. A pesar de que en mi caso he tenido que leer la edición traducida al español, se ve claramente que se trata de un libro escrito con un lenguaje sencillo y llano, estructurado en base a frases cortas y contundentes que no plantean preguntas sino que siempre afirman, sin dar pie areflexiones que, para el autor, son innecesarias. No obstante, la dualidad que antes comentaba entre las descripciones, largas y cuidadas, y las conversaciones, más abundantes aunque siempre superficiales, es evidente también a un nivel puramente formal. Y es que, mientras que en estas últimas el ritmo de la narración es muy rápido y parece que sólo se trata de pinceladas, de retazos de conversacionesmás largas de las que el autor extrae sólo aquello que le es útil, con una gran parquedad de palabras y sin tirar de recursos literarios, en las descripciones se ve una narración más pausada y reflexiva, llena de comparaciones y metáforas que contribuyen a mostrarnos un paisaje vívido y real, un paisaje al que sólo presta atención a ratos y que, sin embargo, permite que el autor demuestre unagran capacidad de observación y de atención al detalle. En realidad, es curiosísimo comprobar como una persona capaz de ver incluso las actitudes de las aves sobre los campos o los desgarros y las manchas en un mono azul de campesino se vuelve, al tener otro ser humano delante, incapaz de captar las sutilezas de su comportamiento y propenso a prejuzgar sin conocer, y una buena prueba de esa...
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