Reseña crítica i

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES
MAESTRÍA EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS

Profesora: Mariana Serrano
Seminario: Cultura, ciudad y crónica latinoamericana

RESEÑA CRÍTICA I

Por: Jimena Alexandra Rueda
Bogotá, 01 de febrero de 2010

A manera introductoria
La triada cultura, ciudad y crónica, revolotea alrededor de la granpregunta que hoy inquieta al pensamiento contemporáneo latinoamericano; ¿Son los pueblos de Nuestra América el proyecto inconcluso de la idea civilizatoria europea o en sus modos de existencia ancestral y citadina se alberga el sentido originario de un Ser social visiblemente opuesto a occidente?
Es este cuestionamiento introductorio el que creo conduce en este primer módulo del seminario a lareflexión sobre las ideas ya articuladas y puestas en papel de los académicos y expertos sociólogos de la cultura y de la sociología política de finales del siglo XX hasta nuestros días; su preocupación por darle un asiento lógico a la construcción de un término que hoy por hoy ha de tener a mi entender, la suerte de hallarse retratado en el tiempo histórico de la vida humana y sus experiencias; ensus rastros y rostros como “grillas de inteligibilidad”: La cultura, un significante contingente vaciado de significados.
En las siguientes secciones me propongo a partir de los aportes de Javier Auyero y Carlos Benzecry, dos de los más importantes exponentes de la sociología de la cultura y Carlos Monsiváis y Ángel Rama; escritores y baluartes literarios de reconocida trayectoria en elpaisaje cultural de la voz hispánica contemporánea, hacer un ejercicio crítico de sus postulados sobre la génesis de la cultura como promotora de un sinfín de contenidos que han crecido a la par de las cambiantes ciudades latinoamericanas; de las creencias, voluntades y convicciones de los sujetos sociales sometidos en la totalidad de su existencia.
I. La cultura como una dimensión etérea de larealidad humana.
Al abordar el espinoso tema de la cultura desde esta perspectiva que he querido presentar; recurro al trabajo de Auyero y Benzecry, en su apartado “Cultura” que recoge Carlos Altamirano en Términos críticos de sociología de la cultura, pues orientan su objetivo de exposición textual a seguir el recorrido de la cultura como una dimensión, así afirman en este sentido que “la mayoría delos autores contemporáneos se refiere a la cultura como un repertorio históricamente estructurado, un conjunto de estilos, habilidades y esquemas que, incorporados en los sujetos, son utilizados (de manera más o menos consciente) para organizar sus prácticas, tanto individuales como colectivas”[1].
Así sostienen que la cultura no responde a propiedades individuales sino que ocupa su interés enla producción y dominio de la conciencia colectiva sujeta a constantes cambios en la temporalidad histórica de la dinámica societal.
A partir de esta concepción podría entonces explicar que el problema de la definición de cultura halla su centro en su incapacidad de definirse a sí misma, la reflexión en clave sociológica se hace entonces apremiante a la luz de un fenómeno que parece habertomado diversas formas, como agua vertida en muy variados recipientes.
La metáfora del agua nos puede ayudar quizá a observar la cultura como lo hicieran Auyero y Benzecry desde una mirada humanista, al plantear la tesis de que la cultura como espacio social diferenciado, una dimensión separada de lo real, “se ha modificado en los últimos años, dando lugar a una definición en la que la cultura estanto un objeto discreto como un grupo de prácticas sociales específicas”.[2]
Probablemente, esta definición tenga sus detractores dada la carga crítica que supone el develar ante los ojos del mundo los vehículos de clase (inmateriales y materiales) que han permitido desde el siglo XVI la colonización del pensamiento de las comunidades latinoamericanas como fórmula para la sumisión de los...