Resumen tica

BAUMAN - Responsabilidad moral. Reglas éticas
Reglas éticas: comúnmente acordadas y observadas. Son reglas que podrían guiar nuestra conducta con los otros para sentirnos seguros en la presencia de los demás, ayudarnos mutuamente, cooperar de manera pacífica y obtener de la presencia de los demás un placer libre de temor y de sospecha.
Vivimos y actuamos en compañía de una multitud aparentementeinterminable de seres humanos, conocidos o desconocidos, cuya vida y acciones dependen de lo que hacemos y a su vez influyen en lo que hacemos, en lo que podemos hacer y deberíamos hacer. Así, el conocimiento y la capacidad moral son necesarios con más frecuencia y urgencia pero no sabemos dónde obtenerlas y en caso de que estén disponibles en algún lado es difícil que confiemos en ellasciegamente. Esta discrepancia entre oferta y demanda es lo que se ha descrito como la “crisis ética de la posmodernidad”.
Incertidumbre moral
Una de las dimensiones prácticas de la crisis deriva de la magnitud del poder que tenemos. Lo que hagamos nosotros u otros puede tener consecuencias de largo alcance y duración, que posiblemente no veamos directamente ni podamos predecir con claridad. Lo quenosotros u otros hagamos tendrá efectos secundarios, consecuencias inadvertidas que podrían sofocar cualquier buena intención y provocar desastres y sufrimiento que nadie desearía ni adivinaría. Podríamos perjudicar a personas que nunca conoceremos (y ellas a nosotros) por ignorancia más que por intención, sin que nadie en particular desee un mal, actúe de mala fe, etc. Son las reglas éticas las que nosdicen cómo acercarnos a las personas y cómo decidir qué acciones son buenas y cuáles malas, dependiendo de sus efectos visibles y predecibles en ellas. Pero ni siquiera si cumpliéramos las reglas perfectamente podríamos asegurarnos de evitar consecuencias desastrosas.
Otra dimensión práctica es el hecho de que cualquier cosa que hagamos involucra a muchas personas, cada una de las cuales desempeñauna pequeña parte de la tarea general.
En cada escenario desempeñamos un papel, uno de los tantos que tenemos, pero ninguno parece atrapar nuestra totalidad, y ninguno es idéntico a lo que verdaderamente somos como individuos íntegros y únicos. En tanto individuos somos insustituibles, mas no como actores de cualquiera de nuestros diversos papeles ya que cualquier persona que conozca ladescripción de nuestro trabajo y domine las habilidades que se requieren, puede hacerlo. “Alguien más lo hará, de todos modos” afirmamos cuando se nos pide hacer alguna cosa que nos parece sospechosa o desagradable, desde un punto de vista moral. La responsabilidad moral queda en el “papel”, no en la “persona” que lo desempeña.
Aún si logramos que nuestros papeles y nuestro verdadero yo se mantenganindependientes, la preocupación no desaparece, sino que es sustituida por otra. El código de conducta y la guía de elecciones que se adjuntan al papel no pueden ampliarse de modo que abarquen al verdadero yo. Éste es libre, y lejos de los papeles que desempeñamos, somos nosotros mismos, y sólo nosotros somos responsables de nuestros actos. Podemos elegir libremente. Pero al regresar del mundo “exterior”en el que otros asumieron la responsabilidad de nuestro trabajo, la ahora desconocida responsabilidad es, por falta de hábito, difícil de sobrellevar. En las múltiples situaciones en las que la elección de qué hacer recae en nosotros, en vano buscamos reglas sólidas y confiables que nos reafirmen que, de seguirlas, estaremos en lo correcto. Pero seguir las reglas no nos salva de laresponsabilidad. Cada uno debe decidir cuáles reglas obedecer y cuáles desechar. Cada acto de obediencia es un acto de desobediencia.
Con tal pluralismo de reglas, las elecciones morales nos parecen intrínseca e irreparablemente ambivalentes. Vivimos tiempos de una fuerte ambigüedad moral, que nos ofrece una libertad de elección nunca antes vista, aunque también nos lanza a un estado de incertidumbre.
No...