Romeo y Julieta (actos finales)

Escena I
(Una calle de Mantua al fondo. Suena música. Entra ROMEO pensativo y camina por el escenario).
ROMEO: Si debemos confiar en un dulce y agradable sueño, alguna gran felicidad me espera. Desde la aurora, pensamientos de dicha mueven mi corazón y me dan alas para huir de la tierra. Soñé con mi esposa y que me encontraba muerto. ¡Raro fenómeno que piense un cadáver! Pero con sus besos medio tal vida que al despertar no me hubiera cambiado por un emperador. ¡Oh, qué dulces serán las realidades del amor, cuando lo son tanto las sombras! (Entra BALTASAR) ¿Traes alguna noticia de Verona? ¿Te ha dado Fray Lorenzo alguna carta para mí? ¿Cómo está mi padre? ¿Y Julieta? Nada malo puede sucederme si ella está bien.
BALTASAR: Pues ya nada malo podrá sucederle, porque su cuerpo reposa enel sepulcro y su alma está con los ángeles. Yace en el panteón de su familia. Y perdóneme que le haya traído esta mala noticia tan pronto, pero usted, señor, me encargó que le avisara de todo.
ROMEO: ¡¿Será Verdad?! (Levanta la mirada) ¡Cielo cruel, yo desafío tu poder! Dame papel y pluma. Busca esta tarde caballos y vámonos a Verona esta noche.
BALTASAR: Señor, déjeme acompañarle, porque suhorrible palidez me anuncia un mal suceso.
ROMEO: (Haciendo un gesto con la mano para restarle importancia) ¡Nada de eso! Déjame en paz y obedece. (Ladea la cabeza) ¿No traes carta para mí de Fray Lorenzo?
BALTASAR: (Niega con la cabeza) Ninguna.
ROMEO: Da lo mismo. Busca enseguida caballos, y en marcha. (Se va BALTASAR rápidamente. ROMEO caminando por el escenario) Sí, Julieta, esta nochedescansaremos juntos. Pero ¿cómo? ¡Ah infierno, que pronto vienes en ayuda de un alma desesperada! (Hace una pausa y continúa) Ahora me acuerdo que cerca de aquí vive un boticario de espantoso ceño y mal semblante, gran herbolario de hiervas medicinales. El hambre lo ha convertido en esqueleto. Del techo de su lúgubre y humilde morada tiene colgados una tortuga, un cocodrilo y varias pieles de fornidospeces, y, en cajas amontonadas, frascos vacios y verdosos, viejas semillas, cuerdas de bramante; todo muy separado para aparentar mas. Yo, al ver tal miseria, he pensado aunque está prohibido, con pena de muerte, el despachar veneno, quizá este infeliz, si se lo pagaran, lo vendería. Lo he pensado bien y ahora voy a ejecutarlo. (Se acerca a la puerta) Tiene la botica cerrada. (Toca la puertafuertemente) ¡Hola, eh! (Sale a escena el BOTICARIO).
BOTICARIO: (Abre la puerta molesto) ¡¿Quién grita?!
ROMEO: Oye; tu pobreza se manifiesta. (Saca del bolsillo y le muestra un zurrón con monedas) Te daré cuarenta ducados por una dosis de veneno tan efectivo que apenas circule por las venas, extinga el aliento vital tan rápidamente como una bala de cañón.
BOTICARIO: (Reacio) Tengoesos venenos, pero las leyes de Mantua condenan a muerte al que los venda.
ROMEO: Y en tu pobreza extrema, ¿Qué te importa la muerte? El hambre se ve claramente en tu rostro, y la tristeza y la desesperación. ¿Tiene el mundo alguna ley para hacerte rico? Si quieres salir de la pobreza, rompe la ley y acepta mi dinero.
BOTICARIO: (Lo mira despectivamente) Mi pobreza lo recibe, no mi voluntad.ROMEO: Yo no pago tu voluntad, si no tu pobreza. (Le extiende el zurrón con monedas)
(El BOTICARIO saca de uno de sus bolsillos una pequeña botella. Se la muestra)
BOTICARIO: Este es el ingrediente, (se la da) debe diluirlo en agua o en un licor cualquiera. Bébalo y caerá muerto en seguida, aunque tenga usted la fuerza de veinte hombres.
ROMEO: Recibe tú el dinero. (Le extiende el zurrón conmonedas y el BOTICARIO lo recibe desviando la mirada y lo oculta entre su ropa). Él es la verdadera ponzoña, que engendra más asesinatos que todos los venenos que no debes vender. Yo he hecho la venta, no tú. Adiós; compra pan y cúbrete. No llevo un veneno, sino una bebida consoladora al sepulcro de Julieta.
(Salen los dos personajes de escena)











Escena II
(Aposentos de...