Ryder
Milagros hay pocos y en Medinah ya se cubrió el cupo. Estados Unidosnecesitaba remontar cuatro puntos en los partidos individuales para recuperar el trofeo y el orgullo perdidos hace dos años. Tom Watson, el capitán, jugó a todo o nada y situó ados novatos en primera línea de fuego. Spieth y Reed eran las dos primeras cartas del día para unos puntos con tanto valor en el marcador como psicológico por la tendenciaque crearían en la jornada. La jugada le salió a medias (cayó el primero contra McDowell, ganó el segundo ante Stenson), pero supo a derrota porque en el terceremparejamiento McIlroy pasó por encima de Fowler por 5 y 4. Por esas cuestiones de estrategia, Europa había repartido más los pesos a lo largo de la plantilla entre la mañana y latarde. Otros lugartenientes como Poulter, García y Westwood aguardaban turno de cara al final. Su concurso apenas fue necesario porque las cosas quedaron claras mucho antes.
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