Saltimbanqui

SALTIMBANQUI
(Julio César Pérez Méndez)

Este poema está conformado por una única escena en la que aparece un levantador de pesas y un niño saltimbanqui. La fuerza del poema emana de una acertadaarticulación entre configuración interna, forma y temática.
Sobre la primera es posible afirmar que el poema deja aflorar la tensión que produce el contraste entre la figura del hombre y el niño:el primero aparece en posición hierática, parte de su anatomía recorrida por un increíble tatuaje azul que funciona como una segunda piel, mientras sostiene con los brazos levantados al cielo (tal vezcomo sugerencia a la figura mítica de Atlas) un par de pesas descomunales. El infante, por su lado, es el súmmum de la delgadez y la fragilidad: su cuerpecillo se mueve de un lado a otro, el vestidosuelto y liviano lo invita a elevarse, danza, produce filigranas con los malabares; en él todo es volátil porque él mismo es el aire: parece incluso más ligero que las pelotas que se elevan desde susmanos; pero es dable inferir que él es, de algún modo, mucho más efímero que el rastro que ellas dejan tras de sí. Juntos conforman un principio y un desarrollo: el hombre es la escultura primigenia:cuerpo recto, simétrico, con un poder expresivo que proviene de su rigidez; el segundo ya es movimiento y, por lo tanto, la suma de telas airosas, esferas, y huesos a la vista deviene actitud barroca.La forma del poema, por su parte, está necesariamente imbricada con la actitud del autor: la experiencia de Reverdy con el cubismo se tradujo en una aproximación extrema al ascetismo, a la búsquedade la esencia de las cosas, a la pureza radical. Quizás ahí nace la intimidad de su fuerza poética y su vocación por la simplicidad. No sobra recordar que a partir de 1926, Reverdy se aisló del mundoy se retiró a Solesmes, lugar donde viviría durante 34 años amparado en la soledad y la poesía: “La poesía de Reverdy, dejando de lado el cubismo, el amor inicial por las esencias desnudas, es...