San Agustín, Libro II de libero arbitrio

SAN AGUSTÍN

De libero arbitrio, Libro II, cap. 1-2

Introducción
En esta obra San Agustín investiga el origen del mal. El método que se utiliza es el del diálogo platónico como búsqueda de la verdad. En este caso Agustín hace de Sócrates, mientras que Evodio es el discípulo. La obra parte de la tesis maniquea sobre la naturaleza del mal. Según el maniqueísmo el mal es una fuerzareal opuesta al Bien, una divinidad negativa. Esto tiene dos consecuencias que a Agustín le parecen inasumibles. La primera es que Dios, el principio bueno, es corruptible, porque en el enfrentamiento con el principio malo puede ser dañado por él. La segunda es que el mal no es producto de la libre voluntad y responsabilidad nuestra, sino resultado del dominio del mal en nuestra vida. Pero laconversión al cristianismo de Agustín no había eliminado el problema de explicar el mal. Si existe dios como Bien, ¿de dónde procede el mal? Parece inconciliable la realidad del mal con la bondad perfecta de Dios. San Agustín niega el mal sea una divinidad negativa igual de real que Dios. El mal será más bien una privación de bien, una especie de corrupción de la realidad creada por Dios y, por tanto,buena: el mal supone siempre un bien previo y por tanto no es una realidad autónoma. El mal que ocasionan las acciones humanas se origina en una deficiencia de la voluntad humana que en vez de elegir a Dios, pone por delante alguna otra realidad de la creación. Pero, ¿por qué permitió Dios el mal, dando al hombre la posibilidad de pecar?
Esto es lo que parece irritar a Evodio, el significado dellibre albedrío, como algo querido por Dios, sabiendo que sus consecuencias son el pecado y el mal en el mundo. Si Dios nos hizo libres, era consciente de que podíamos hacer el bien o el mal: ¿por qué quiso, a pesar de todo, crearnos libres? La respuesta de San Agustín es que sin libertad, no habría responsabilidad, ni justicia divina como castigo de los malos y premio de los buenos.

TEXTOCapítulo I

Por qué nos ha dado Dios la libertad, causa del pecado
1. Evodio.—Explícame ya, si es posible, por qué ha dado Dios al hombre el libre 5 albedrío1 de la voluntad, puesto que de no habérselo dado, ciertamente no hubiera podido pecar.
Agustín.—¿Tienes ya por cierto y averiguado que Dios ha dado al hombre una cosa que, según tú, no debía haberle dado?
Ev.—Por lo que me parecehaber entendido en el libro anterior, es evidente que gozamos del libre albedrío de la voluntad y que, además, él es el único origen de nuestros pecados.
Ag.—También yo recuerdo que llegamos a esta conclusión sin género de duda. Pero ahora te he preguntado si sabes que Dios nos ha dado el libre albedrío de que gozamos, y del que es evidente que trae su origen el pecado.
Ev.—Pienso quenadie sino Él, porque de Él procedemos, y ya sea que pequemos, ya sea que obremos bien, de Él merecemos el castigo y el premio.
Ag.—También deseo saber si comprendes bien esto último, o es que lo crees de buen grado, fundado en el argumento de autoridad3, aunque de hecho no lo entiendas.
Ev.—Acerca de esto último confieso que primeramente di crédito a la autoridad. Pero ¿puede haber cosa másverdadera que el que todo bien procede de Dios, y que todo cuanto es justo es bueno, y que tan justo es castigar a los pecadores como premiar a los que obran rectamente? De donde se sigue que Dios aflige a los pecadores con la desgracia y que premia a los buenos con la felicidad.
Ag.—Nada tengo que oponerte, pero quisiera que me explicaras lo primero que dijiste, o sea, cómo has llegado asaber que venimos de Dios, pues lo que acabas de decir no es esto, sino que merecemos de Él el premio y el castigo.
Ev.—Esto me parece a mí que es también evidente, y no por otra razón sino porque tenemos ya por cierto que Dios castiga los pecados. Es claro que toda justicia procede de Dios. Ahora bien, si es propio de la bondad hacer bien aun a los extraños, no lo es de la justicia el castigar...