san antoñito
fracasada por estar ya pasadita de edad cuando le vinieron los hervores
monásticos, quiso hacer de su casa un simulacrode convento, en el sentido
decorativo de la palabra; de su vida algo como un apostolado, y toda, toda ella se
dio a los asuntos de iglesia y sacristía, a la conquista de almas a la mayor honra ygloria de Dios, mucho aconsejar a quien lo hubiese o no menester, ya que no tanto
a eso de socorrer pobres y visitar enfermos.
De su casita para la iglesia y de la iglesia para su casita se le iban undía, y otro y
otro, entre gestiones y santas intriguillas de fábrica, componendas de altares,
remontas y zurcidos de la indumentaria eclesiástica, "toilette" de santos, barrer y
exornar todo parajeque se relacionase con el culto.
En tales devaneos y campañas llegó a engranarse en íntimas relaciones y
compañerismo con Damiancito Rada, mocosuelo muy pobre, muy devoto, y
monaguillo mayor enprocesiones y ceremonias, en quien vino a cifrar la buena
señora un cariño tierno a la vez que extravagante, harto raro por cierto en gentes
célibes y devotas. Damiancito era su brazo derecho y supaño de lágrimas: él la
ayudaba en barridos y sacudidas, en el lavatorio y lustre de candelabros e
incensarios; él se pintaba solo para manejar albas y doblar corporales y demás
trapos eucarísticos; asu cargo estaba el acarreo de flores, musgos y forrajes para
el altar, y era primer ayudante y asesor en los grandes días de repicar recio,
cuando se derretía por esos altares mucha cera y esperma,y se colgaban por
esos muros y palamentas tantas coronas de flores, tantísimos paramentones de
colorines.
Sobre tan buenas partes era Damiancito sumamente rezandero y edificante,
comulgadorinsigne, aplicado como él solo dentro y fuera de la escuela, de
carácter sumiso, dulzarrón y recatado, enemigo de los juegos estruendosos de la
chiquillería, y muy dado a enfrascarse en "La Monja...
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