Sara T

Sara T
Relato de una joven alcohólica

Sara alzó el vaso sin despegarlo de los labios, ansiosa por apurar hasta la última gota. Ahora empezaba a sentirse tranquila y relajada. La semana que acababa de transcurrir había sido dura: la primera en una nueva ciudad, y los compañeros de aquella escuela parecían mucho más orgullosos y exclusivistas que los de la anterior. ¿Por qué habré de irsiempre de un lado para el otro? –pensó Sara--. ¿Por qué habrá tenido ella que casarse con ése?


¡Maldita sea¡, pensó. No quedaba más, y ahora ellos estaban abajo.
No podía bajar al mueble-bar y sentir la ginebra fresca haciéndole cosquillas en su garganta reseca. ¿Por qué no se iban aquella noche como todas las anteriores, dejando que ella baje con sigilo a servirse una copa más?Era cuanto necesitaba. Sólo una copa más, antes de que empezasen a llegar los invitados.

Aquella noche habría una gran fiesta en casa de los Hodges, pues Matt celebra su ascenso al cargo de vicepresidente. Sara no sabía que era vicepresidente su padrastro, ni le importaba. Solo sabía que su madre había salido corriendo a comprarse un vestido nuevo. Y decidida a pasarse el resto de lajornada en el salón de belleza para que le arreglasen el cabello.
Recordó el dia en que su madre se casó con Matt Hodges, dos años atrás. En aquel entonces ella tenía trece años, y su hermana Nancy, de veinte, acababa de echarse novio.

-No todas las chicas tienen la oportunidad de asistir al casamiento de su madre –había bromeado tía Marta, con las mejillas encendidas tanto por la emoción opor el contenido del vaso que sujetaba firmemente en la mano.

-Apuesto a que os parece una broma todo esto, ¿verdad? –agrego.
-Lo estoy pensando muy bien –aseguro Sara, aunque deseaba que desaparecieran de una vez todas las amistades y visitas de cumplido.

Fue durante la celebración de la boda de Jean y Matt cuando Sara probó la bebida por primera vez. Nancy se había refugiado en unrincón con su novio, y los recién casados no tenían tiempo para fijarse en la niña delgada y morena vestida de rosa. Nadie reparo en la mano pequeña y fina que se alargaba hacia una bandeja de combinados. La bebida tenía un color muy atractivo, y Sara había observado que los asistentes parecían alegrarse tan pronto como el líquido ambarino empesaba a resbalar por sus gargantas.

El combinado, uncoctel de whisky, tenía una guinda flotante y una rodaja de naranja adornaba el borde del vaso. Por el respecto debía de ser cosa buena. Sara corrió a esconderse en el lavabo de señoras y tomó un sorbo. Era dulce, pero luego dejaba un regusto amargo. En conjunto, fue una decepción. Escupió el primer sorbo con repugnancia.

¡Puaf¡ ¿y esto es lo que tanto les gusta? –pensó- ¡horrible¡

Noobstante, hizo un esfuerzo y bebió otro sorbo.
Si a ellos les alegra tanto, a mí también me hace falta, se dijo.

Cerrando los ojos, apuró el vaso de un trago, pues debía darse prisa por si alguien quería darse prisa por si alguien quería usar el lavabo. Sintió como una especie de zumbido en los oídos, y su humor triste y deprimido pareció borrarse como por encanto. Ahora estaba de unánimo un poco más sociable, más dispuesta a soportar toda aquella gente. Abrió la puerta con precaución para asegurarse de que ni venia nadie. Pero una amiga de su madre estaba cruzando el recibidor hacia donde se hallaba Sara. No sabiendo qué hacer con el vaso, lo lavó rápidamente en la pileta y lo llenó de agua.

-¡Hola, Sara¡ ¿qué haces ahí?
-Hola, señora Willis. Hacía mucho calorahí adentro y como necesitaba un trago de agua y los camareros están muy ocupados…
Maravillosa ceremonia, ¿verdad querida? –dijo señora willis. Sara observó que ella también había bebido-. Tu madre está preciosa como una verdadera novia.

-Si que lo está -replicó Sara, encaminándose hacia la puerta. Consiguió librarse de su interlocutora, y se felicito a si misma por la rapidez de su...