Secuandario

SANTOS CIFUENTES

La caracterización particular de los derechos personalísimos, en la clasificación que abarca el orden jurídico privado, revela su autonomía institucional. El conjunto de los caracteres estructurales que les corresponden, armonizándolos coherentemente, muestra una figura jurídica singular, que no puede confundirse con las que presentan alguna semejanza o algunos datoscompositivos comunes en el derecho de familia; en el derecho de las personas; en el derecho de las obligaciones; del autor por obras intelectuales, o hasta en los reales , a menos de realizar una mezcla inabordable, un ensamble desorbitado o una subordinación a otras instituciones que no le son propias por esencia y por efectos.
Muchos de tale derechos subjetivos semejantes, son extrapatrimoniales perono personalísimos; otros inherentes, aunque ajenos a tal categoría; algunos vitalicios, más distanciados por otros caracteres; también existen los esenciales no personalísimos y los absolutos que hasta tienen base patrimonial, así como los necesarios de tal condición utilitaria. La unión de todas esas notas distintivas extrapatrimoniales, inherentes, vitalicios, esenciales, absolutos y necesarios, va delineando un perfil inconfundible, el cual se vuelve certero y claro frente a algunos aspectos de su índole que se corresponden con su naturaleza jurídica en forma exclusiva y no trasladable a derechos privados diversos. Desde ya dejo de lado los derechos humanos, que pertenecen a la órbita del derecho público, porque son de la humanidad en el complejo abanico de la protección del hombrefrente a los Estados, las regiones, los grupos y las etnias.
Esas cualidades únicas y puras, se me ocurre que son las de ser derechos innatos, de objeto interior y relativamente disponibles, no encontrando otros privados que se vinculen a la persona por el solo hecho de ser y comenzar a ser, sin derivar de alguna otra condición, hecho o circunstancia, ajenos al principio de la existencia de lapersona; que, el objeto se represente por una manifestación, fase o aspecto de la persona misma titular del derecho, y que sólo puedan disponerse en alguna de sus exteriorizaciones, en cierto y específico espacio y en determinado tiempo, limitado todo ello para no alterar gravemente la libertad del sujeto que los goza y su integridad vital.
Pues bien, el daño a los derechos personalísimos no puededesvincularse de esa índole particular, pero, sin embargo, abarca todas las fronteras dañosas de la responsabilidad en general.
Es, en principio, un daño a un bien, objeto del derecho subjetivo, no patrimonial, no utilitario, que debe afrontarse con un pago patrimonial y utilitario, tal como se afronta el llamado daño moral. Esta nominación y categoría de daños, está hoy cuestionada,cuestionamiento que podría tener justificación si se encerrara el concepto y el término, en los sufrimientos del dolor y en los padecimientos del espíritu de la persona. Pero quizá sea injustificada la proposición supresora, si se estimara que metafóricamente, ese nombre moral, tiene fronteras muchos más amplias y que son las propias de todo mal que extrapatrimonialmente puede soportarse, desde aquellospadecimientos atormentados del cuerpo, hasta las angustias, las congojas, desazones y sentimientos, hasta el desvío del itinerario de la vida, en su proyección, hábitos y ocupaciones, hasta en fin, los enojos justos, las alteraciones del vivir, las pérdidas en expectativas espirituales, estéticas y creativas. Así, por ejemplo, el sordo que ya no puede escuchar la música de su preferencia proyecciónestética entorpecida , además de perder la completa comunicación con los otros, de impedírsele acaso componer, puede llegar a sentir el martirio de algún malestar orgánico y necesitar el uso de aparatos antiestéticos. Con lo que, bien se ve, poco se gana en modificar esa nominación por la de daño a la persona, puesto que basta mantener la consagrada por las legislaciones y los tiempos, pero puesta...