secundario
Manuel salió del trabajo como todas las noches, el invierno era crudo y un viento frio castigaba su cara; de pronto, un Ford Falcón azul paro a su lado, era un cliente delcorralón, el cual le dijo con amabilidad:
-¿Te llevo? Voy por la Artigas derecho hasta el fondo?
-Dele maestro- contesto alegremente - , con el tornillo que hace no está para caminar.
El viajetranscurría en paz, charlaban del frio, la escarcha y esas cosas que uno habla cuando está obligado a darle charla a un desconocido, hasta que de golpe, el Falcón se desvió del camino y empezó aalejarse de la calle en donde Manuel vivía:
-Maestro-Dijo con mucha delicadeza, mi casa queda para el otro lado-¿Usted no va para ahí?
-Si ya se-contesto muy sereno, pero acompáñame hasta un lado ydespués te acerco.
La cosa ya no le gustaba nada a Manuel, pero prefiero no desconfiar y dejarse llevar por el paseo, hasta que de golpe el falcón detuvo su marcha y dos personas subieron en los asientosde atrás para acompañarlos en el viaje, cuando el falcón salió del centro comercial, detuvo su marcha y la charla comenzó:
-Manuel…-le dijo que chofer en tono amable- , nos vamos a presentar: Yo soyOscar, pero me dicen “El pelado”, el es “Vikingo” y el es “El Hueso”, ellos trabajan para mi, en algún punto somos socios.
-Buenas noches, un placer en conocerlos-Contesto con una firmeza fingidamientras trababa de no mearse en los pantalones.
-Mira, te vamos a ser claros-Le dijo “El pelado” amablemente-, sabemos quien sos, donde vivís y donde trabajas, que venís de “La Banda” de Santiago yhasta como se llaman tus viejos.
-Disculpe, ¿son policías ustedes?- respondió Manuel temblando y ya nervioso.
-No y te lo vamos a explicar, ¿vos la conoces a Marisol, no?, La rubia, que vive hace unmes en tu casa, la que trabaja en el “Gato Azul”?
-Si- y de golpe se volvió monosilábico.
Bueno, sabes… nosotros pusimos mucha guita para traerla de Misiones, hubo que ir, encontrarla negociar y...
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