Sobre la television
Toda propaganda debe ser popular y situar su nivel en el límite de las facultades de asimilación del más corto de alcances de entre aquellos a quienes se dirige. [¿niño de seisaños?] (…) La facultad de asimilación de la masa es muy restringida, su entendimiento limitado; por el contrario, su falta de memoria es muy grande. Por lo tanto, toda propaganda eficaz debe limitarsea algunos puntos fuertes poco numerosos, e imponerlos a fuerza de fórmulas repetidas por tanto tiempo como sea necesario, para que el último de los oyentes sea también capaz de captar la idea”.Todo esto abre la pregunta en torno a para dónde ir con la televisión en una nueva propuesta. ¿Se puede hacer una nueva y mejor televisión con más televisión? Quizá –también esto es una tímida hipótesis–la mejor manera, o al menos una manera, de fomentar una nueva cultura es no apostar por más televisión. ¿No nos estamos condenando a una civilización de la imagen, del inmediatismo, del “mirarembobados la pantalla y no pensar”? La cultura de la imagen, ¿no nos lleva inexorablemente a ídolos con pies de barro?
Excelente artículo de M A, claro, si hubiera sido escrito en los años ochenta. Aestas alturas del partido (hablando de imágenes televisivas), sin embargo, peca de lo mismo que achaca a la televisión: repetir unas cuantas ideas y lugares comunes que no resisten un análisisconcienzudo hasta hacerlas sonar a verdad. Sólo que el amigo A, en vez de quedar bien con el capital –como la TV, según dice- queda bien con el establishment intelectual.
Primer lugar común: “esa cultura[la audiovisual] anida un límite intrínseco (…) no permite una actitud crítica como sí posibilita, por ejemplo, la lectura”. Pregunto: ¿Y el teatro? ¿Siglos y siglos de teatro son entonces también...
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