Sonia Sotomayor
la misma pregunta ¿Qué quieres ser cuando seas grande? A los cinco años ¿qué niño sabe lo que
quiere hacer por el resto de su vida si todavía le pone yerba a Los Reyes y galletas a Santa
Claus? Sobra decir que en esta sociedad materialista, no tienes muchas opciones de profesiones
aceptablesante los ojos de la gente, excepto aquellas que representen dinero o prestigio.
Repetimos como el papagayo la idea que nuestros padres nos siembran en la cabeza, sin saber lo
que conlleva realmente ser lo que decimos que queremos ser, sin conocernos a nosotros mismos,
sin darnos la oportunidad de descubrir nuestros talentos e inclinaciones. Cuando crecemos, no
mucho cambia. A losdieciocho años, mientras apenas estamos aprendiendo a tragarnos una
cerveza sin vomitar, en medio de cambios hormonales, peleas con nuestros padres, corazones
rotos, música terrible y modas que más adelante lamentaremos, en medio de la tormenta
inestable de la adolescencia, se supone que tengamos un plan trazado, sobre lo que queremos
hacer por el resto de nuestras vidas. Nos sentimosigual de preparados para la decisión que
cuando teníamos cinco años, y optamos por hacer exactamente lo mismo, moldearnos a lo que la
sociedad espera, sin tomar en cuenta lo que realmente deseas hacer.
Ingresé a la universidad a la corta edad de dieciséis años, lista para convertirme en
médico veterinaria. Parecía lo más indicado. Desde que tengo uso de razón he sentido un amorprofundo e intenso por los animales. Mi mamá es médico, así que la veterinaria parecía un
término medio razonable entre las expectativas de mis padres y mis gustos propios. No me tomó
ni finalizar el primer semestre darme cuenta que, por más interesante que fuera la ciencia no era
lo mío, que odiaba la química. Luego de un tiempo trabajando como asistente veterinaria, me di
cuentaque la única parte que me agradaba del trabajo era la satisfacción de ayudar a los
animalitos y la cara de felicidad de sus dueños, pero todo el proceso clínico que surgía en el
camino, el cual era la mayor parte de mi trabajo, me resultaba tedioso. En fin, ¿cómo les dices a
tus padres que no quieres ser lo que siempre has dicho que quieres ser? Pero aún, ¿cómo les vas a
decir sino tienes idea de lo que quieres hacer? Solo sabes que no quieres hacer lo que estás
Callé mi desesperación, solo lo consulté con mi mejor amiga, quién se encontraba
pasando por un proceso similar y de alguna manera nos reconfortamos en el largo viaje de
encontrarnos. En mi segundo año, surgió una oportunidad de investigación en biología de campo.
Surgió algo similar a laveterinaria, me gustaba estar en el campo, pero absolutamente nada más
de todo lo que conlleva ser un biólogo y trabajar en investigación. En ese proceso, conocí un
hombre que marcó mi vida para siempre. No fue mi primer amor, ya me había enamorado antes,
y me habían destrozado el corazón. El segundo amor sin embargo, creo que es el más importante,
porque llega para ayudarte a pegar elcorazón que tenías en pedazos, llega para recordarte que la
vida no se acabó, que puedes volver a sentir. La intensidad de los sentimientos era demasiada.
Comencé a escribir, a desahogar en papel lo que vivimos y lo que nos faltó, hasta terminar una
historia de 98 páginas donde entre personajes ficticios desahogué mis más oscuros deseos, y dejé
al descubierto mi alma. Cuando escribíFIN, aquellas letras tatuaron mi alma, y me aceleraron el
corazón. Comprendí entonces que la vida me había regalado el más hermoso de los oficios:
vender palabras.
Hay muchas formas de vender palabras, escribir es un oficio noble y polifacético. Están
quienes venden sus palabras en papel, a través de un periódico o un libro. Algunos, como usted,
se encargan de ayudarnos a...
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