Sophie Calle Existe
Sus historias son exhibidas en las grandes galerías del mundo y se imprimen en las mejores editoriales de Europa y los Estados Unidos, pero ella aún no se siente cómoda en los círculos artísticos ni feliz en los cocteles de los museos.No, ella es mucho más ambiciosa que eso: sus pequeños textos y sus fotografías desenfocadas suelen llegar, sin avisar, a los periódicos, a los best sellers y a la música popular. Lo suyo son los medios masivos de comunicación. Mucha gente oye hablar de sus relatos. Muchos los buscan por el cielo y por la tierra.
Sophie Calle es una escritora de nuestro tiempo. Lo que pasa es que no escribepoemas, ni cuentos, ni novelas. Ha utilizado tantos géneros y tantas formas que es más fácil pensar que en vez de una obra se trata de una vida. Eso es. Vive y quiere que todos nos enteremos. Esa es su gran contribución: nos entregará las llaves de su apartamento en París si es necesario. Conoceremos sus armarios, veremos sus cicatrices, sabremos que adora pelearse con sus amigos para reconciliarsehaciéndoles cosquillas. Nos dirá que es indiscreta, chantajista, autoritaria, caprichosa, misógina, arribista, celosa y taurófila, pero que también es fiel, sentimental, impenitente.
Nació el 9 de octubre de 1953 en París y siempre fue consciente de su nombre y su apellido. Si el primero, Sophie, significa sabiduría, el segundo, Calle, tan judío como ella, recuerda a aquellos conversos quetrataban de abrirse paso en medio de los apodos que les ponían en la España de hace tres siglos. Máscaras, falsas identidades, errancias: todo viene con el propio nombre. Ella se sintió perdida desde la infancia y, con “sabiduría callejera”, se ha buscado por todas partes desde que cumplió los seis años, cuando sus padres se separaron y sus abuelos, en la calle Rosa Bonheur, la obligaban a quitarse laropa en el ascensor, a la vista de todos, para que no se demorara ni un minuto más en acostarse.
También a los seis, acorralada por los sonidos envolventes, descubrió el sexo a través del ojo de una cerradura. Y un año después, a los siete, con la excusa de que el nuevo novio de su mamá había actuado en ella, descubrió, en Roma, ciudad abierta, los alcances de la crueldad. Quiere mucho a suspadres. Sospecha que se volvió artista para seducir a su padre, el coleccionista de arte, que siempre está esperando que alguien lo sorprenda. Sabe que su mamá la apoya en las peores aventuras. Y que eso no significa, claro, que sepa qué hacer con las obras que le regala de cumpleaños. “Para ser sincera”, dice, “preferiría que Sophie me diera un saco o una falda”.
Quiere mucho a sus papásseparados, pero siempre sintió que, para terminar con la angustia, para poderse mirar al espejo, tenía que saber quién era. Tenía miedo. Sentía que todos iban a dejarla sola. A los nueve años, en 1962, por espiar una conversación telefónica y hallar una carta abandonada en el lugar equivocado, llegó a la conclusión de que su padre no era su verdadero padre. Tres años después descubrió que sí lo era, peroesa inseguridad, ese deseo de oír todo el tiempo que la querían de verdad, marcó la búsqueda de sus historias. Caminaba hacia el colegio y todas las mañanas imaginaba, en un sótano del vecindario, en la calle Gassendi, que “un señor, atrapado ahí, sobrevivía gracias al amor que yo le daba”. Así era, así es. Sophie Calle encuentra ficciones en la realidad para satisfacer su única necesidad:...
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