tacos
Juana Inés de la Cruz
Personajes:
Alfredo: Judas, Ciencia.
Abdiel: Rubén, Inteligencia.
Diego: Lucero.
Diana: Conjetura, Música.
Cynthia: Envidia, Abraham.
Escena I
Dicen dentro:
Vaya a la sima arrojado
el Soñador, y veremos,
si le diéremos la muerte,
qué le aprovechan los sueños.
(Salen los hermanos de JOSÉ.)
JUDASYa que en la cisterna está,
5
de su talar ornamento
despojado, que fue antes
de nuestro rencor objeto,
el darle la muerte ahora,
decidme, ¿de qué provecho
10
nos puede ser, sino sólo
quedar de su sangre reos?
¿No es mejor, pues Ismaelitas
mercaderes, con camellos
de aromas y de resinas,
15
pasan a Egipto a venderlos
de Galaad, que lo vendamos
por Esclavo? Pues,con eso,
no se manchan nuestras manos,
y se consigue el intento
20
de quitarlo de los ojos
de nuestro Padre. (Así quiero
evitar el mayor daño
de su muerte.)
RUBÉN
Tu consejo,
Judas, admitimos todos;
25
y así, vamos a venderlo.
(Vase.)
Escena II
Salen la INTELIGENCIA, la CIENCIA, el LUCERO, la ENVIDIA y la CONJETURA.
LUCERO
HermosaInteligencia, esposa mía,
que desde aquel primer dichoso día
que tuve ser en tan dichosa Esfera,
has sido, con la Envidia, compañera
30
de mi varia fortuna, tan constante,
tan fina, tan fiel y tan amante,
que no te has desdeñado
de estar conmigo en tan terrible estado,
cuando Hermosura y Gracia me dejaron
35
y en el Solio Supremo se quedaron,y sólo tú constante, sin dejarme,
al Abismo bajaste a acompañarme,
quizá porque en mí fuese más tormento
tener tan perspicaz entendimiento:
40
pues ver que el Hombre está de ti privado,
no siendo más enorme su pecado,
me obliga a presumir que no es blandura.
CONJETURA
Eso dirá mejor tu Conjetura,
pues hija tuya soy y detu Ciencia,
45
y después sacarás la consecuencia.
ENVIDIA
Y yo, la de sentir, pues soy la Envidia,
hija tuya también, áspid que lidia
en tu abrasado pecho,
de donde las entrañas te he deshecho;
50
pues después que tu Ciencia pervertida
abortos concibió, la preferida
fui yo, a los demás vicios,
que ocupas en tan varios ejercicios
del incesable anhelo
55
dehacerle guerra continuada al Cielo.
LUCERO
Así es verdad; mas deja ese argumento
(que es digresión, no principal intento),
y a lo que consultaros quiero, vamos.
Y puesto que el principio ya asentamos
60
de que no fue blandura ni clemencia
el que Dios me dejase con la Ciencia,
ni privar de ella al Hombre fue el castigo
mayor en él, mi narración prosigo.
Y veréis, enlos casos subsecuentes
65
(que son ya antecedentes),
cómo Dios a él le da, por varios medios,
esperanzas obscuras de remedios,
y le va concediendo,
de unos siglos en otros trascendiendo,
70
varias apelaciones,
cuando a mí, en mis prisiones,
leyó definitiva, en mi delito,
sentencia de prescito;
de donde saco,porque más me asombre,
75
que Dios intenta remediar al Hombre,
y que yo, eternamente condenado,
pague un solo pecado.
Y más, ahora, este prodigio nuevo
de ese hermoso Mancebo,
80
a quien ahora visteis que inhumanos
vendieron sus hermanos
(que no sé qué en él veo,
que ni lo dudo bien, ni bien lo creo),
¿qué tipo oqué figura,
85
como a quien ve de lejos la pintura,
descubre misterioso?
Y pues el atenderlo es ya forzoso,
de ti, Ciencia, me valgo,
para ver si inferir podemos algo;
90
y pues para tu idea
no hay distancia ni tiempo que lo sea,
los siglos hacia atrás retrocedamos,
las distancias midamos
de la pasada edad, y...
Regístrate para leer el documento completo.