Teatro espa ol de la segunda mitad del siglo XX
nacional con identidad propia; en orden cronológico: el teatro de posguerra, el teatro independiente
(casi contemporáneo del teatro experimental), y el teatro de la Transición. Evolucionó desde las
angustias existenciales a las inquietudes sociales, y durante casi cuarenta años tuvo como implacable
rival a la censura. Uno de los logros importantes del periodo fue poner en escena con dignidad las
propuestas más ambiciosas de los dramaturgos más señalados de los cincuenta años anteriores:
García Lorca y ValleInclán. Entre los mayores hándicaps, el teatro tuvo que superar, sin conseguirlo, la
competencia creciente del cine y la teatralidad superior de espectáculos como los Juegos Olímpicos de
Barcelona 1992 o la Exposición Universal de Sevilla (1992).
La "Generación realista"
Se ha aceptado a Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre, como referentes de la dramaturgia de la
segunda mitad del siglo XX. A la sombra de ambos autores surgieron, a partir de la segunda mitad de la
década de 1950, diversos dramaturgos, encabezados por Lauro Olmo y José Martín Recuerda, a los
que se agrupó bajo la denominación de «Generación realista», si bien poco o nada tenían que ver con
el realismo y, como título generacional, fue rechazado por la mayoría de sus supuestos integrantes. Muchos de ellos se mantuvieron al margen de los experimentos vanguardistas y del teatro del absurdo.
En ese mismo periodo, y como ocurrió en épocas pasadas, muchos empresarios continuaron apoyando
un teatro de evasión, amable y superficial. Entre los más favorecidos en esa línea estuvieron Ana
Diosdado y Juan José Alonso Millán, cuyas "comedias de bulevar" iniciadas en la década de 1960 ...
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