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“La zorra, el lobo y el conejo”

Era una tarde caliente cuando el sol caía sobre el rio.
A la sombra de un árbol, el lobo y la zorra conversaban desde hacía largo rato. Discutían sobre cuálera la mejor forma de engañar y atrapar al conejo.
El pícaro conejo no solo escapaba a todos sus intentos, sino que además les jugaba un montón de bromas, en las que la zorra y el lobo siempre salíanperjudicados.
¿Te acuerdas, amiga zorra, del día en que yo corría al conejo y , cuando estaba a punto de agarrarlo, el muy bandido se metió en un campo de cactus?- preguntó el lobo, y siguiódiciendo:
Pero, pequeñito como él no se hizo nada, y yo quede lleno de raspaduras y pinches.
Recuerdo, recuerdo, don lobo- contestó la zorra- ¿y usted recuerda el día que lo quise atrapar en el hueco de unárbol y al meter el hocico me picaron un millón de hormigas? ¡pobre de mí!
Recordando estas cosas que los llenaban de rabia, pensaron juntos un buen plan para engañar al conejo y ponerlo en ridículo.La zorra fue a su casa, se tiro en su cama y allí se quedo echada como si no existiera, mientras el lobo salió por todo el bosque gritando:
¡ah muerto la pobre zorra!
¡estiro la pata!
¡A quien seabuen vecino lo invitamos a su velorio!
Los dos picaros sabían que el conejo era muy curioso y no podría resistirse a ir hasta la casa de la zorra.
Así ocurrió. Al llegar, el conejo se paro junto ala puerta, la abrió y vio a la dueña de la casa tendida en la cama. Pero, como tuvo dudas de que esta también fuera una mala jugada de la vieja zorra no movió un solo dedo de su pie hacia adentro dela casa. Desde ahí dijo en voz alta:
Ya me doy cuenta de que esto es un engaño. Bien se yo que las zorras cuando mueren no dejan de mover su pata izquierda.
Y en cuanto el conejo dijo esto, la zorracomenzó a mover su pata izquierda. Entonces, el conejo lanzó una carcajada.
-Ah… vieja zorra, solo engañaras a quien no te conozca. Te he visto demasiadas veces cambiar el pelo, pero no las mañas…...