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LA PERSONALIDAD LA ADOLESCENCIA LOS VALORES
JUAN JOSÉ ARÉVALO
QUINTA PARTE
LA ADOLESCENCIA COMO EVASION Y RETORNO
ADVERTENCIAS
La tesis que contiene este ensayo no es de las que suelen brotar como
consecuencias de pacientes, investigaciones de laboratorio o de prolijas
encuestas colectivas o de sagaces experiencias en un jardín zoológico, como
tampoco del dicho de quienes han dado a luzla memoria publicable de sus años
juveniles. Su idea generadora es de aquellas que escapan al microscopio y a los
cálculos, y difícilmente se arranca mediante confesiones personales como no sea
en adolescentes de excepción, dotados de sensibilidad filosófica, y por
investigadores avisados del problema y autorizados profesionalmente para
explotarlo.
Pero huérfana del consabido bautismoexperimental y estadístico, dicha tesis
cuenta en su abono en la riqueza, la densidad y la profundidad de las vivencias
personales, registradas con toda la claridad en nuestra evolución, y una vez allí
alumbrada hemos podido reconocerla similar, si no idéntica, en la evolución de
muchos adolescentes en cuya intimidad no ha sido dable penetrar, llegando
entonces a la sospecha de que lo ocurrido ennosotros no fuese simplemente un
modo individual de evolución si no que constituyera algo así como una ley
conforme a la cual se mueve la vida espiritual de los adolescentes. No podemos,
por eso, dejar de recordar que a la propia adolescencia, vivida con gran
normalidad, podemos sumar la convivencia con unos seiscientos compañeros de
estudio durante seis años de internado en colegios de dosciudades diversas de
Guatemala; el estrecho contacto con nuevas generaciones de adolescentes a
quienes tuvimos a nuestro lado, el día entero, durante cinco años de docencia
como profesor interno en los que sucesivamente desempeñamos los cargos de
maestro de grado, catedrático de segunda enseñanza, inspector, vicedirector de
colegio secundario; la cálida vida universitaria argentina, en cuyosprimeros años
los claustros se llenan de jóvenes todavía empapados en genuina adolescencia; la
observación de adolescentes, poco numerosos por cierto, pero de gran calidad
documental, que tratamos cotidianamente en el seno de nuestra familia o en el de
las familias amigas o vecinas y en los cuales podemos conseguir con provecho y
con naturalidad el estudio de los problemas que nos apasionan.Surgida así, de dignas raíces vivenciales, como vegetación espontánea dentro del
humus del afán cotidiano, la idea generadora no ha podido menos de subsistir
cuando con oportunidad de nuevos estudios pedagógicos estuvimos en
condiciones de conocer directa o indirectamente las ideas substanciales que
nuestro siglo ha producido acerca de la maravillosa edad que nos ocupa. Y en los
más recientestratadistas, que resumen a vasta bibliografía, hemos hallado
señales de que nuestro pensamiento no va descaminado.
Claro está que para dar carácter de universalidad a una tesis sobre adolescencia,
habría que agotar primero el estudio de cuantas cosas se saben y presumir todas
las que se ignoran con respecto a los adolescentes del pasado y habría que

agotar, luego, el estudio exhaustivo decada uno de los adolescentes de nuestros
días en todo el mundo… Tarea infinita, sobrehumana, que nadie podría tener la
pretensión de asumir. La misma psicología infantil, con ser anterior en cien años,
con ser tan severa en sus métodos, con haber sido tan afortunada por los talentos
que se han puesto a su servicio, no ha podido hacer otra cosa que asignar a la
conducta individual, al casoindividual o bien a la respuesta de un siempre limitado
número de individuos, la representación de todos los niños ausentes. Volviendo a
nuestro ensayo, creemos que los hechos psicológicos fundamentales a que nos
referimos están ya abundantemente documentados en la vida de cada uno y
denunciados casi todos en los tratados o estudios sobre adolescencia. Lo que
faltaría documentar es la tesis...