Temas variados
El suplicio en la lectura se torna justificado por aplicar un correctivo a los problemas de moralidad, afortunadamente en la actualidad ya existen los Derechoshumanos que de alguna manera sirven de protección para evitar estos castigos y suplicios, que aquí mismo en México, en la época de la Santa Inquisición se aplicaban sometiendo a al gente que había cometido inmoralidades con el suplicio, por ejemplo a las mujeres que cometían adulterio primero las humillaban, encerraban en los centros penitenciarios que en su momento eran cuevas sin luz, sin aire,húmedas, contaminadas, solo les daban de comer pan y agua, se acostaban en el suelo, entre las piedras, no se aseaban, las golpeaban, escupían; después de martirizarlas las azotaban hasta dejarlas casi muertas en lugares públicos tales como las plazas para que las demás mujeres vieran lo que les podía pasar si cometían el mismo delito, y ya por último algunas de ellas eran llevadas a la horca.
Podemosver entonces, que en esta lectura basada en los Países Europeos y en la realidad de nuestro México de esa época no había mucha diferencia, al contrario también se daba el suplicio, y todo con problemas relacionados con la moralidad. Afortunadamente ya no se castiga de esa manera, ahora se hace como menciona el autor, con humanidad, se ha minimizado el castigo, sustituyéndose con el castigo,obviamente eso ya es materia que les compete a los legisladores. Actualmente en Francia todavía existe y existía la monarquía, una monarquía republicana en donde se plantea el espíritu de la reforma, o de la ilustración, un derecho de castigar, el castigo-medida, que ya no pertenece a un monarca, no pertenece a una familia, no lo instaura una familia en nombre de Dios, sino que lo instaura la sociedaden términos de un código, republicanamente; es decir, nombrando representantes en un parlamento, que decide por todo el pueblo. La república consistió en extender lo que se arrogaba como derecho exclusivo el Rey, a saber la soberanía, a todos; por eso hoy en las sociedades democráticas se dice que el soberano es el pueblo.
Sin embargo, dice Foucault, en esta segunda modernidad, o sea la que seda en el espíritu de la reforma tan solo una lectura posible del espíritu de la Ilustración, se puede distinguir un desdoblamiento del castigo-medida en dos maneras de organizar el poder de castigar. Una que sigue, que invoca, el espíritu de la reforma, el espíritu de los juristas de la ilustración, que se pudiera llamar el proyecto reformador, y otra, que va como en paralelo, subyacente al...
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