Teoria De Los Actos Propios

REFLEXIONES SOBRE DOS PRINCIPIOS BASILARES DEL DERECHO:
LA BUENA FE Y LOS ACTOS PROPIOS –
Por ANA I. PIAGGI



I. INTRODUCCIÓN.

En los códigos civiles de primera y segunda generación la buena fe objetiva cumple una suerte de función subsidiaria, y la codificación con su inclinación voluntarista mantuvo en vigor el principio de la eficacia de cualquier pacto lícito (pacta suntservanda).
Aquellos códigos mantenían posiciones subjetivistas y adoptaron el sistema causalista, la causa relaciona la autonomía privada con el reconocimiento del efecto jurídico del contrato pero tal efecto es enervado si no se origina en forma directa en la voluntad contractual.[i]
Como se recordará en los códigos de tercera generación (Código Suizo de las Obligaciones y BGBalemán) la función de la buena fe[ii] prescinde de la causa ocupando su lugar, y si bien se respeta la autonomía de la voluntad ésta ya no genera directamente el negocio jurídico[iii] que se subordina a la tipología normativa.
De esta manera, se sustituye la "tipicidad causal" característica de los derechos latinos por la "tipicidad legal" en beneficio de la seguridad del tráfico.
Según Delos Mozos en este contexto sistemático la referencia a la buena fe cobra mucho mas relevancia que en los derechos latinos, como lo demuestra la profusión doctrinaria y jurisprudencial en torno a los arts. 2-1 del Código Civil Suizo y 242 del BGB[iv].
En nuestro país en 1968 la reforma introducida por la ley 17.711 (ADLA XXVIII-B, 810) cambia filosófica e ideológicamente el Código Civil.Así, las características y funciones de la buena fe tuvieron un viraje no disimulado en la doctrina, en contraste con los juristas decimonónicos que aceptaban sus efectos sólo en los casos en que la norma la aludía directamente. Actualmente el art. 1198 del C.C. es un principio general informante de la totalidad de la regulación jurídica.[v]
Como en muchos otros sectores del derecho una claraponderación del tema y una justa composición de los valores en juego, entró en colisión como consecuencia del razonamiento conceptual. Pero hoy la buena fe consiste en una cláusula abierta y el "venire..." juega funcionalmente al compatibilizar los deberes secundarios de conducta, la propia incoherencia con la responsabilidad[vi].
Es obvio que la buena fe exige una conducta diligente en laconcertación de los actos jurídicos y, alguna vez antes de ahora hemos sostenido que el art. 1198 C.C., importa el ejercicio de una actividad diligente y no una negligente conformidad con la apariencia[vii].
Ciertamente el interés en esta situación no se agota en los aspectos interpretativos o de aplicación de la normativa, la brecha responde no sólo a divergencias mas o menos arbitrarias deusos lingüísticos sino a circunstancias intrasistemáticas de la ciencia jurídica.
Todos estos cambios se produjeron en el curso de poco mas de una centuria, lo que significa que ocurrieron rápidamente en materia de tiempos jurídicos, y apresuradamente en términos de adaptación de la doctrina.
En este desarrollo, recordando discrepancias podemos acomodar añejas ideas[viii] y ciertasdificultades que nos presenta la realidad. Las intensas modificaciones verificadas en la vida económica, política, jurídica y social impulsaron y extendieron las nociones del principio de la buena fe[ix] que actualmente opera como hecho, como valor, como método de interpretación[x] y de integración[xi].
Y en tanto este principio[xii] es una norma abierta[xiii], un estado de conducta que engendra unorden legal[xiv] una de sus funciones prioritarias es cubrir las inevitables lagunas del sistema normativo que obviamente no puede prever todas las situaciones posibles mediante disposiciones concretas. En nuestra perspectiva es un instrumento idóneo para adaptar con efectos cada vez mas expansivos las decisiones judiciales a las cambiantes circunstancias de tiempo y lugar.
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