Texto Y Relato; Tiempo Y Formación

TEXTO y RELATO; TIEMPO y FORMACIÓN
Autores: Esp. María Lopera Rendón Esp. Fáber Andrés Piedrahita Lara Universidad Pontificia Bolivariana Correos electrónicos: faber.piedrahita@upb.edu.co; maria.lopera@upb.edu.co Mesa temática: FORMACIÓN Y SUBJETIVIDAD

INTRODUCCIÓN
Este trabajo es el resultado teórico de una indagacióni que comenzamos gracias al cuestionamiento que nos genera la narrativa enel ámbito educativo y que hoy traslapa las prácticas educativas, la construcción de la subjetividad en la tensión maestro-estudiante y la reflexión dirigida hacia la experiencia de la formación. Nos proponemos definir la formación en relación con la narrativa, como modalidad enunciativa, desde la cual se expresa, en un tiempo-discurso, lo vivido. El texto se desarrolla conceptualmente a partir delas categorías de: formación, tiempo, narrativa, texto, relato, acción y trama. Se plantea, a través de ellos una postura sobre lo que consideramos es la formación. La formación, mediada por la narrativa, será desplegada a partir de la idea del relato, o mejor, del tiempo y el relato, en el que se suspende lo vivido para ser re-vivido en un recuerdo reflexivo. Este relato dota de significado lavida en tanto acontecimiento de lo humano. En este sentido, se privilegia el tiempo en la narración como agente que convoca a la acción y al movimiento-acontecimiento. Se recupera la idea de tiempo no cronológico o historiográfico –tiempo del día u ordinario-, entendido como inventario de actividades, sino como tiempo nocturno –destejido- con sus días y sus noches. A partir de lo anterior se exponeque la acción configura la inteligibilidad de la intriga: los acontecimientos son componentes narrativos que constituyen lo plausible; al tomarlos conjuntamente, la intriga se presenta como una forma inédita de comprensión del mundo como texto. En estas tensiones acontece la formación.

El acto de relatar, según Ricoeur, abarca todas las formas de producción textual y
discursiva (entiéndasepor texto al ordenamiento de unidades discursivas mayores que la oración, o bien, “todo discurso fijado por la escritura” (Ricoeur, 2001: 127), y discurso como la expresión oral y dialógica de los hablantes) en los que dotamos de significado la vida en tanto acontecimiento de lo humano; en este sentido, plantea que las múltiples ramificaciones de géneros literarios, tanto aquellos que tienenpretensiones de verdad -las ciencias, la historia, la biografía y la autobiografía-, así como la epopeya, la novela, el cine y otras formas de las artes plásticas, podrían tener en común una unidad funcional: el carácter temporal: todas ellas se despliegan en el tiempo. Así, lo relatable es justamente posible porque acontece en el tiempo, tanto como lo que pasa en el tiempo es relatable; tiempo y relatoson, por tanto, recíprocos.

Esto es importante decirlo, porque en la tradición formativa occidental, suele hacerse eco de lo enseñable como una herencia devenida, como una mirada retrospectiva sin la cual no nos está dado el futuro promisorio. La relevancia del tiempo, por tanto, está en su presencia narrativa, en la manera como convoca a la acción, y en el movimiento-acontecimiento quedistingue cada ser de lo otro: es nuestra sensación de presencia en el mundo, de decurso, de historia y huella. El relato, en este sentido, es el espacio del discurrir tiempo, es la concreción de ser, aunque, como veremos, esta sensación de sucesión, de secuencia o transcurso vital, no siempre representa tiempo vivido –pleno-, sino, también letargo y acostumbramiento. La relación ontológica queestablecemos con el tiempo, es sin duda –y para retomar a Heidegger- la potencia vital de lo efímero; empero, éste es susceptible de permanecer soslayado, también, en una cierta falsificación de la memoria del tiempo vivido, pues es un tiempo “en bruto” que transcurre en la cotidianidad, el hábito, lo funcional, lo práctico, lo útil, la costumbre, el cliché, lo desintensificado –como lo diría J. Larrosa...