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es la más justa, porque es la más humana. Ofrecer una alternativa al actual sistema productivo significa sentar las bases
de un nuevo y diverso modo de producir bienes. Significa
también abrirle a los trabajadores una nueva era: la de la autogestión de su salud.

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6. El paciente como persona

La calidad de lavida de los enfermos

ñas en el interior de los servicios sanitarios. En este carne-!
estamos asistiendo, espcciairneme en nuestro país, a un estadde real abandono psicológico de los pacientes, que se acentú:
en general rr.'itrui'^.r. más prolongada es la enfermedad. La
resoluciones técnicas sugeridas por los descubrimientos cien
tíficos crean a menudo condiciones asistenciales alonantes 'deshumanizantes, que muy poco pueden suplir la dedicaciói
de los trabajadores sanitarios, y que colocan al enfermo e)
una posición que lo aisla cada vez más de su ambiente faro:
y social y con frecuencia de ios médicos y de las enfermeras.
Pero hay más. La simple regla hipocrátiea de preservar la vid.
a toda costa y en todo momento comienza a ponerse en ais
cusión por la práctica de lamedicina moderna. El medid
no sólo está obligado a considerar la calidad de la sobrevivencí:
que produce su tratamiento, sino también las posibles implica
1

En ese sentido es digna de mención la plegaria de! .medico ¡agit
Sir Robert Hutchinson: "Señor, libéranos del excesivo celo por 1?.
vedad; de anteponer la cultura a la sabiduría, la ciencia aJ ar:
inteligencia al buen sentido, de curar alos enfermos como si ¡ucr
eníermedades, de hacer la curación más penosa que la peni-sícnc:.-. A
la enfermedad."

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2. Las enfermedades de la civilización

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El infarto cardiaco como enfermedad "endémica"
Una enfermedad que ha golpeado selectivamente a las clases
sociales más elevadas es la cardiopatía coronaria, cuyasmanifestaciones clínicas más difundidas y, con frecuencia, más dramáticas, son el infarto al miocardio y la angina de pecho. Numerosos estudios han revelado un considerable gradiente social
de la incidencia de la enfermedad. Médicos c investigadores de
la segunda mitad'del ochocientos y de los comienzos del novecientos, definían a la angina de pecho como una típica enfermedad de las clasesacomodadas. Los primeros estudios que
consideraron el índice de mortalidad por cardiopatía coronaria
en relación a las clases sociales fueron los realizados en Inglaterra y Gales por Stevenson 1 y Gollins 2 basados en la frecuencia de los decesos en los años 1910-1912. La subdivisión
en cinco clases se realizó teniendo presentes las informaciones
suministradas por el censo.de 1911. Para la primeraclase (la
más elevada) el cociente de mortalidad fue 161 (por cada cien
mil habitantes) ; para la segunda, 106; para la tercera, 98; para
la cuarta, 92; para la quinta, 99. Análogas diferencias resultaron de un estudio posterior 3 realizado en el mismo país en
1
T. H. C. Stevenson, "The social distributioft of mortality from difference causes in England and Wales, 1910-1912", Biometrika, 15,382, 1923.
2
S. D. Collins, Economic stalus and health, Washington, Government
Printing Press, 1927.
3
R. H. Brillen, "Occupational mortality among males in EngSand
and Wales 1921-1923", Publ. Hilth. Rep. Wash,, 43, 1565, 1928.

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I.

el trienio 1920-1923. La incidencia de la cardiopatía coronaria,
siempre en Inglaterra y Gales en el periodo 1930-1932, está
reportada en elcuadro 5, y de allí se deduce que la variación
por la clase existe no sólo entre los hombres sino también
entre las mujeres, aunque para éstas en menor medida.4
CUADRO 5.

Cociente de mortalidad por cardiopatía coronaria
en Inglaterra y Gales durante el trienio 1930-1932,
en relación - a las clases sociales (por 100 mil habitantes)

. En un posterior estudio comparativo realizado en la...