¿titulo?
Al anochecer, cuando llegaron a la frontera, Nena Daconte se dio cuenta de que el dedo con el anillo de bodas le seguía sangrando. [...] Nena Daconte era casi una niña, con unos ojos de pájaro feliz y una piel de melaza que todavíairradiaba la resolana del Caribe en el lúgubre anochecer de enero, y estaba arropada hasta el cuello con un abrigo de nucas de visón que no podía comprarse con el sueldo de un año de toda la guarnición.
5 Véanse los trabajos de Bruno Bettelheim sobre el cuento de hadas (Psychanalyse des contes de fées, (...)
2De entrada el lector se encuentra confrontado, en un relato que comienza in mediasres, a una situación cuyo carácter extraño no se le puede escapar. Ingresa paulatinamente en un universo colmado de indicios preocupantes. Primero el motivo de la sangre5, aliado doblemente al dedo lastimado y a la mención de la boda, lo remite inmediatamente al ambiente maléfico presente en no pocos cuentos populares o de hadas, específicamente a la « Bella Durmiente » de Perrault cuyo desenlace,sin embargo, difiere totalmente del trágico final del cuento que nos ocupa, y en menor grado a « Blancanieves », texto en el cual la sangre de la madre de la protagonista también salpica la nieve en determinado momento. Es más, la onomástica —Daconte ya suena a cuento— y la miniaturización de que es objeto el personaje femenino, cariñosamente apodado Nena, una suerte de Pulgarcito femenino dedestino menos afortunado, en cambio, corrobora nuestras primeras impresiones.
3Más adelante, el marco espacial contribuirá sobremanera a potenciar esta dimensión angustiante propia del cuento popular. Son tantos y tan enfáticamente adversos los datos geográficos y climáticos brindados por el narrador, resultan tan visibles los guiños a la exaltación romántica que hasta puede suponerse de parte delnarrador una intención oblicuamente paródica. Las borrascas heladas no tardan en convertirse en un « viento de lobos », la deambulación nocturna del coche y el mal rato pasado en una « noche de espantos », y si bien el marco general no es de páramos castigados por los elementos, sino chatamente urbano, la fugaz mención de la travesía de las « landas » basta para convocar la sombra de Emilie...
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