Todisea 11

Páginas: 18 (4412 palabras) Publicado: 26 de junio de 2012
Aclaración al lector:

Mi nombre es Macareno Rodriguez del Puff, soy un fiel miembro-fundador de la Co.Ma.U.S. Comunidad que sufrió la pérdida, hasta el momento, de Gaylord Fockeredoyer. Ya llevamos un año y algo más de dos meses desde su desaparición, no hace mucho tiempo fuimos nuevamente a revisar su casa para tratar de encontrar algún indicio que diera con el objeto de sudesaparición, pero fue inútil, no encontramos nada más que unos escritos sobre batallas pasadas.
Mi objetivo ahora, es desempeñar la difícil tarea que me fue encomendado por mis amigos y que yo siento, a su vez, como propia obligación. Nuestro compañero no tiene familiares cercanos ni nadie que lo recuerde además de sus amigos, es mi obligación dar testimonio de su existencia y de sus hazañas.Me comprometo a transcribir fielmente los escritos de Gaylord sin que sus sensaciones y sentimiento queden despreciados. No obstante la irregularidad y discontinuidad de los hechos narrados por él me obligan a organizarlos y completarlos. Finalmente en el final de la obra haré una pequeña conclusión personal que se mezclará con lo que hablamos y llegamos a concluir durante una de las reuniones denuestra organización.
Resistencia, 19 Julio del 2006.No sé donde, pero lucho

Y lo sabía, estaba soñando…Era real-mente fascinante, se me vinieron encima las belicosas hordas de hombres-topos y yo, lejos de sentirme acorralado, saqué afuera toda mi voluntad e ingenio, no carecía de valor luchando contra estos rencorosos que me superaban de uno a miles. Venían por mí, en mi pasado los había derrotado en varias ocasiones y sus recelos en cada tiro y grito lo sentía en mis entrañas, venían por mí,queriendo recuperar todo. Ya caía la noche en mi hermoso sueño, esas últimas estelas del sol resplandecían en los ojos de mis contrincantes y a medida que mis armas los encontraban podía ver el escape de sus aguachentas vidas agrandando mi figura. Una vez más era yo, mi pasado y todos los buenos recuerdos de mis batallas, una vez más era preciso y veloz en cada paso, no podían conmigo, una vez másera… el increíble Gaylord Fockeredoller.
Al final me levanté, la lucha cesó y podía calmarme, era mi vida, calma y tranquilidad hasta la hora de dormir, en el medio no había nada. Tal vez ya había dejado atrás todas mis fabulosas luchas pero el problema era que las encontraba en la parte de adelante, era como querer ver los sueños poniéndolos en dibujos en la pared de la casa de algún vecinoodioso, visitándolo por la única razón de reencontrarse, tal vez lo vuelvas a ver algunas veces mejor que otras, pero siempre van a seguir siendo decadentes ilustraciones del recuerdo.
Partía los días en tres, si el día tiene veinticuatro horas solo un tercio los vivía plenamente, me levanto regularmente entre las ocho y nueve de la mañana, ese tiempo es por lejos el que menos me agrada, me quedalejos el otro día, luego paso por el “tiempo sin penas” allí entre las cuatro y cinco de la tarde hasta las doce y una del otro día y aunque pase poco no me molesta, encuentro siempre alguna que otra forma de divertirme, por ejemplo dar un ejemplo, el otro día oía cantar a un pájaro desconocido, jamás había oído algo parecido, silbaba una melodía familiar con ritmo acelerado e intranquilo, sin...
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