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Noel, G. y De Abrantes: “LA GRAN DIVISIÓN. Crecimiento y Diferenciación Social en una Ciudad Balnearia de la Costa Atlántica Bonaerense” En: ARGUMENTOS/ Año 2014 | N° 16

Partiendo de las intuiciones originales de la ecología urbana propugnada por la Escuela de Chicago, el presente trabajo se propone reconstruir analíticamente el crecimiento y diferenciación de una ciudad de rango medio situadaen la costa atlántica bonaerense. A partir de esta reconstrucción, esperamos mostrar de qué manera determinadas dimensiones implícitas en el modelo de Chicago – y que incluyen la modalidad de poblamiento, la especialización ocupacional y la división del trabajo, los patrones de ocupación del espacio (planificados o no) y los procesos de valorización de la tierra – han operado y operan en el casoespecífico de esta ciudad balnearia, dando lugar a una trama urbana compleja que responde sólo parcialmente al modelo del mosaico supuesto por la ecología urbana de principios del siglo XX. Asimismo, buscaremos presentar a esta ciudad como un escenario social disputado, vale decir, concebido bajo modalidades alternativas que visibilizan o invisibilizan determinados espacios y que, a la vez,configuran proyectos identitarios, políticos y sociales contrastantes.
La ciudad de Villa Gesell, a 350 km al sur de la Capital Federal, constituye hoy uno de los destinos turísticos más populares de la Argentina y el segundo destino turístico balneario a nivel nacional, recibiendo en la temporada estival casi un millón y medio de turistas. Aun cuando la efemérides establece su fundación el 14 deDiciembre de 1931 – día en el que su fundador, Carlos Gesell (Ostreicher, 2012; Saccomanno, 1994; Noel, 2012), comenzó la construcción de la primera casa – la localidad recibirá con ritmo lento a sus primeros pobladores a lo largo de los quince años siguientes, para consolidarse recién a mediados de la década de 1950, con unos 400 habitantes (Masor, 1995). Hasta ese momento, los residentes de esteincierto proyecto de forestación de dunas se limitaban a un puñado de migrantes provenientes sobre todo de Europa central y oriental (y en menor medida de la cuenca mediterránea) – los “pioneros”– así como trabajadores rurales de las zonas cercanas – los “criollos” – reclutados por el fundador para realizar las tareas de forestación y la construcción de una infraestructura precaria (Noel, 2011; 2012).
Afinales de la misma década, sin embargo, un primer ciclo exitoso de expansión y consolidación se había cerrado (Tauber, 1998), transformando a Villa Gesell en una pujante localidad de 1.300 habitantes que no sólo disponía de una oferta comercial y de servicios relativamente variada, sino también de una escuela primaria y servicios de atención médica, una cooperativa que proveía electricidad, unaestafeta postal y una delegación municipal, un servicio terrestre de pasajeros desde Buenos Aires y de ómnibus urbano e interurbano a General Madariaga (la cabecera del Partido), un cine, y más de 25 hoteles en funcionamiento, capaces de albergar más de 6.000 pasajeros en temporada. A partir de la década de 1960 Villa Gesell, cuyo perfil turístico había sido diseñado y promovido como el de unalocalidad rústica y apacible en explícita oposición al bullicio y a los excesos de la explosión urbanística de Mar del Plata (Pastoriza, 2011; Masor, 1995), adquirirá una notoriedad tan abrupta como imprevista entre amplios sectores de las clases medias porteñas que dará comienzo a un proceso de transformaciones impensadas y en principio no deseadas. Los residentes de larga data suelen remontar esteproceso, en una cronología tan unánime como inexacta, al estreno en 1962 de Los Inconstantes de Rodolfo Kuhn, la primera película ambientada completamente en Villa Gesell, recibida como una suerte de versión local de La Dolce Vita de Fellini. Los Inconstantes presenta a una localidad hasta entonces prácticamente desconocida, caracterizándola como un espacio juvenil de libertad y experimentación...