Tránsito y conciencia ciudadana
Pero el problemava mucho mas allá de un simple estado de ánimo, es más complejo, se trata de una sub-cultura del caos a la que muchos nos hemos acostumbrado y otros se han decidido a protagonizar. Es increíble lamanera como los conductores se “dedican” a trasgredir las normas, a veces justificando el hecho en un apuro personal y otras veces, aunque parezca insólito, por el simple placer de hacerlo. A esto hay quesumarle la indolencia de algunas autoridades, que ante la flagrante comisión de la falta, se hacen de la vista gorda quizás para no complicarse el día.
Paciencia, que el problema no termina allí,es entonces cuando aparece un semáforo que no funciona o funciona a medias, o quizás una señal de tránsito oxidada e ilegible, o un rayado inexistente, y es posible que se adicione un pasajeroinconsciente que le exige al transportista que lo deje en plena intercepción, y obviamente éste que accede al pedimento y tenemos finalmente un escenario cotidiano de caos.
Es importante, primeramente, queaceptemos todos y cada uno la cuota de responsabilidad que nos corresponde, que nos sintamos convencidos de que el problema no podrá ser solucionado unilateralmente por ninguna de las partes, sino queserá superado por todos en conjunto y en concordancia con la Ley. El funcionario que no se inmute ante la infracción, que proceda y aplique la sanción que prevé la norma, ya que, según la doctrina“toda norma jurídica enlaza un supuesto de hecho y una consecuencia de Derecho”, y todos debemos doblegarnos ante el imperio de la Ley; pero como es mejor prevenir que lamentar, los conductores y...
Regístrate para leer el documento completo.