Trabajo Colaborativo No. 1
Universidad Abierta y a Distancia Unad
Escuela de Ciencias Sociales
Programa Comunicación Social
Curso Comunicación y Cambio Social
Tutora Patricia López Preciado
Unidad I: - Comunicación popular, alternativa y participativa
-Comunicación y Globalización
Participantes
Diana Xiomara Mejía
Rafael ArturoParra
Juan Martín Cortés
Curso 27
Colombia, octubre 1 de 2011
Comunicación popular, alternativa y participativa
Comunicación comunitaria, pero cómo desarrollarla
Una de las angustias supremas que tenemos es precisamente lograr compaginar objetivos claros para llevar a cabo una propuesta comunicacional seria para que los mensajes que llaman a la participación, a la inclusión,a la democracia real, fluyan. Leyendo y releyendo posturas, a veces se tiene la impresión de que la diversidad de criterios frente al tema han convertido a la comunicación alternativa, participativa y popular en un compendio de pensamientos que obstaculizan su comprensión. Es decir, cada quien aporta su ‘nube’ y cuando miramos hacia arriba, en busca de respuestas, lo que encontramos en una densanebulosa que impide cualquier aproximación, más o menos objetiva, al tema.
Si bien es claro, como acertadamente lo menciona la Unidad I, que “para la comunicación popular alternativa el mensaje crea vínculos, conciencia, promueve la socialización, educa y entretiene” y que “su función principal es la de recuperar la memoria, la historia y las tradiciones del pueblo, espacios, en definitiva, depresencia, aportando conocimientos, elementos para elevar el nivel del lenguaje”, hay que detenerse un momento, bastante largo diríamos, para poder medianamente profundizar en los conceptos. Por un lado, entenderlos bien y, por otro, articularlos de tal manera que permita construir una matriz que armonice la cantidad de posturas y pensamientos que alrededor de la comunicación existen. Porsupuesto que no es tarea fácil, incluso, algunos piensan, con bastante razón, que es una misión imposible.
Sin embargo, la comunicación popular que “genera espacios democráticos y participativos, de inclusión”, debe mirarse siempre en contravía de los presupuestos de la comunicación de masas. Pero lo que genera demasiados interrogantes es qué hace falta, qué revolución se necesita, para lograr unapuesta en escena, real y efectiva, a través de medios alternativos para devolver al hombre su esencia cultural, su arraigo, su entorno.
Los diagnósticos parecen muchos: la escuela de Franckfurt nos recordó hace décadas el peligro de una comunicación homogenia, transnacional, de tumulto. El Concilio Vaticano II de la iglesia Católica, de esa ala siempre contestaria y revolucionaria, ya desde 1962,advirtió que sólo mediante un evangelizar “con contenidos cristianos” que anteponga el bienestar común al interés personal, es posible hablar de un “hombre nuevo”.
Sin duda, se necesita una postura que aglutine posturas, que aterrice las aspiraciones de tantos teóricos, que permita desde la praxis, ahí sí, “una comunicación comunitaria colectiva que revaloriza a la cultura popular,transmisora de valores humanos, sociales, democráticos, de equidad de género, identidad y derechos, rescatándolas para crear conciencia. Sus temas son los que interesan a los sectores excluidos: salud, vivienda, economía, educación, ecología, empleo, etc”.
Parafraseando tesis declaradas en desuso por los inspiradores del ‘fin de la historia’, habrá que decir ¡comunicadores de todos los países, uníos!,(en alemán: Kommunikatoren aller Länder, vereinigt euch!). Tal vez sea hora de revivir para la comunicación viejos preceptos, lemas políticos que provienen del Manifiesto del Partido Comunista, escrito por Karl Marx y Friedrich Engels. Más ahora que el decadente neoliberalismo, y sus crisis económicas en el primer mundo, amenaza, luego de cuatro años, en desencadenar un nuevo ‘orden mundial’....
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