Trabajo final de posgrado
En estaoportunidad, mi intención es lograr mostrar, a través de la experiencia adquirida durante el posgrado, como, aquello aprendido a lo largo de la carrera de psicología respecto a la posición del analista, al tratamiento psicoanalítico y a todas aquellas cuestiones que permiten propiciar una instancia terapéutica, ha sido aprehendido por mí, como he ido logrando o no, evidenciar en la práctica clínica,aquello que me contaban los libros y textos de Freud.
Para llevar a cabo dicho trabajo, decidí no elegir un paciente en particular, sino traer a colación cuestiones que han ido surgiendo en los distintos espacios terapéuticos con los diversos pacientes con los que he trabajado a lo largo de estos dos años. Tratar de, a partir de este primer contacto con la clínica y la experiencia adquirida comoresultado de ella, hacer un recorrido que me permita entender y construir la profesional que quiero ser.
Cuando comencé el posgrado, me acompañaban miedos e interrogantes por aquello que desconocía e ignoraba, y es solo a partir del momento que uno atraviesa la experiencia o ella nos atraviesa, que logramos desarmar esos supuestos construidos y vencer el miedo a lo desconocido.
Fue así comollegó el día en que atendí a la primera paciente, su nombre es Carmen, una mujer de contextura pequeña y un tono de voz bajo y suave, su postura y su expresividad la mostraban tímida e introvertida. Fue con ella que por primera vez mencione la Regla Fundamental de la que tanto había oído y leído: LA ASOCIACION LIBRE. En palabras textuales de Freud: “Usted observara que en el curso de su relato leacudirán pensamientos diversos que preferiría rechazar con ciertas objeciones criticas. Tendrá la tentación de decirse: esto o estotro no viene al caso o no tiene ninguna importancia, o es disparatado y por ende no hace falta decirlo. Nunca ceda usted a esa crítica…Diga todo cuanto se le pase por la mente. Por último no olvide nunca que ha prometido absoluta sinceridad y nunca omita algo so pretextode que por alguna razón le resulta desagradable comunicarlo.”1
Desde el momento que les comentaba a los pacientes las condiciones del tratamiento y el encuadre del mismo, me valía de esta regla para que puedan apropiarse de ese espacio y poder decir todo aquello que se les viniera a la mente sin importar cuán productivo, valioso o pertinente resultara para la sesión. También, entendí que eltransmitirle la tranquilidad de que ese lugar era de ellos y que sintieran la comodidad de expresarse natural y espontáneamente, es propiciarles el BUEN TRATO del que hablaba la Lic. XXX, siendo esa contención y la escucha activa lo que propicia el tratamiento.
Pero la clínica nos muestra la necesidad de reforzar y reafirmar constantemente dicha regla a través del discurso de los pacientes queevidencian esta necesidad. Tal era el caso de XXX, un joven de X años que tenía por costumbre rellenar sus relatos diciendo “bla bla bla…es una boludez”. También XXX (X años) durante una sesión sostuvo que antes de las sesiones pensaba en las cosas que quería decir o trabajar y que después no las decía porque lo avergonzaban o atemorizaban, con pesar decía: “las tengo que decir!”. Allí es donde sevuelve necesario repetir la importancia de expresarse libremente sin censurarse. Levantar las resistencias del paciente, ocurrencias que se dejan de lado por considerarlas nimias o desagradables son las que ocultan mociones reprimidas, tal como plantea el texto El método psicoanalítico de Freud (1904), cuando dice: “A las ocurrencias que suelen dejarse de lado con toda clase de pretextos, Freud las...
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