Tratado De La Desesperación Por Søren Kierkegard

“Tratado de La desesperación”- Søren Kierkegard
Reporte

El Tratado de la Desesperación, es un escrito, por Kierkegard, en el cual principalmente se habla de una enfermedad en particular, la desesperación.

AL principio de este escrito, nos queda mas que claro, que cuando se refieren al hombre y a la desesperación, no se refieren a un hombre con cuerpo físico, sino al hombre como espíritu yel espíritu es el yo interno y este no pudo haber sido planteada más que por sí mismo o por otro.

La desesperación no es solo la peor de las miserias, sino, también, nuestra perdición. Se le llama a la desesperación una enfermedad mortal, pero no mortal en el sentido de que puede matarnos físicamente, por lo contrario, la desesperación es tan horrible, que no acaba con nosotros. Para loscristianos, el morir físicamente, no es la muerte definitiva, pues se cree en que no viviremos en el infierno, sino que ascenderemos a los cielos, pero la desesperación es la desesperación de no poder incluso morir, y quien desespera no puede morir.
El desesperado lleva todo lo posible pasado como un presente. Es decir que nos sigue agobiando algo que ya paso. La desesperación es la peor enfermedadpara el alma, pues no hay forma de matar un alma. La desesperación hace que nos hundamos, nos lleva a una autodestrucción. La causa de la desesperación, entonces seria la falta de paz, y su objetivo es querer deshacerse del yo, pero es gracias a este yo, que podemos vivir eternamente, cristianamente hablando.

La desesperación, pues, está en nosotros; pero si no fuéramos una síntesis, nopodríamos desesperar, y si esta síntesis al nacer no hubiera recibido de Dios su justeza tampoco podríamos desesperar. Esto quiere decir que de alguna manera el causante y responsable de esta enfermedad es Dios.

La desesperación, es universal, todos somos susceptibles a esta enfermedad. Lo raro no es estar desesperado, lo raro es no estarlo. La desesperación siempre está ahí, puede no presentarseseveramente pero siempre está. La ausencia de desesperación no es la ausencia de un mal; no estar desesperado puede ser el síntoma mismo de que se lo está. Lo peor de lo peor es no estar consciente de padecer esta enfermedad. El peor de los peligros, la perdida del yo, puede darse entre nosotros de modo tan desapercibido como si se tratara de nada.

Gente que ha aportado tanto, en la cultura, en lahistoria no han sido ellas mismas, pues han carecido de yo en lo espiritual porque no lo arriesgaron todo.
Cuando la conciencia crece, la desesperación es mayor. La ignorancia está tan lejos de romper o de e transformarla en no-desesperación, por el contrario, puede ser su forma más peligrosa. En la ignorancia, el desesperado está garantizado en las garras firmes de la desesperación.

Eldesesperado consciente no sólo debe saber exactamente que es la desesperación, sino que ha de tener pleno conocimiento de sí mismo. Siempre en la sombra y en la ignorancia, el conocimiento y la voluntad prosiguen su concierto dialéctico y siempre se corre el riesgo, por definir alguno: el error de exagerar uno o la otra. La desesperación-debilidad, sufrimiento pasivo del yo, contrario a la desesperaciónen la cual el yo se afirma. La idea de totalidad está en el desesperado y depende de él. La desesperación-desafío brota del yo cuando este pierde lo temporal y desespera, la desesperación llega desde afuera.

La desesperación es pecado. Se peca cuando no se quiere ser uno mismo. El pecado es visto como una debilidad, es una condensación de la desesperación. Un pecado es soñar en lugar de ser.La medida del yo teológico es siempre lo que el yo tiene ante sí, medida que es al mismo tiempo su regla ética; por lo tanto, medida y regla expresan la cualidad de las cosas. Cuando la medida de la desesperación se condensa a la proporción de Dios, esta viene siendo infinita, entonces ¿seria interminable? ¿Y que no se supone que los hombres, no estamos a la medida de Dios, pues somos...