Ultima entrevista a myriam stefford
Páginas: 3 (578 palabras)
Publicado: 28 de agosto de 2012
LA ULTIMA ENTREVISTA A MYRIAM STEFFORD
Una mañana de invierno en el aeródromo de Castelar. Hace un frío intenso.
Pocos aviadores se animan a sacar las máquinas de los hangares, por temor al maltiempo. La neblina impide volar con éxito. De pronto nos llama la atención una silueta elegante. A la distancia, vestida con su traje de cuero, no nos permite identificarla. ¿Quién es? Vamos haciaella. Estamos frente a una encantadora rubia. ¡Pero si es Myriam Stefford! La exquisita baronesa austríaca, que pasó hace algunos años por aquí cuando se dirigía a Norteamérica para cumplir unimportante contrato cinematográfico. Había actuado en los estudios de la U. F. A., donde se la consagró estrella de primera magnitud. Luego abandonó el cine para volver al teatro, donde
obtuviera grandeséxitos.
Y ahora, alejada del cine y de las tablas, la encontramos en este aeródromo de Castelar, disponiéndose a volar en un día pésimo. Quisimos saludarla, pero ya era tarde.
Myriam se había trepadoa su avión, y algunos segundos después se elevaba en el
espacio. La seguimos con la mirada, envidiando la felicidad con que volaba, cumpliendo así con sus propios sueños...
Y nos sorprendieron enseguida sus arriesgados virajes, "sus caídas de hoja", "sus tirabuzones" y sus "loopings".
Ahora Myriam Stefford ha vuelto a la realidad terrena. Ya está junto a nosotros.
El motor de su aviónaun trepida, jadea por el esfuerzo que le ha impuesto su arriesgada dueña.
—¡Cómo! ¿Usted nuevamente por aquí?
— Efectivamente. He abandonado mis actividades teatrales y cinematográficas paraconsagrarme a la aviación. Ni el patinaje sobre el hielo, ni la equitación, ni la natación, ni el automovilismo me han seducido tanto como la aviación.
— ¡ Vuela usted con una maestría envidiable!
—Vuelo intensamente. Todos los días. Para mí constituye una verdadera obligación, porque es uno de mis grandes placeres — ¿Piensa utilizar el avión como un medio
para viajar?
— ¡Ya lo creo ! Estoy...
Una mañana de invierno en el aeródromo de Castelar. Hace un frío intenso.
Pocos aviadores se animan a sacar las máquinas de los hangares, por temor al maltiempo. La neblina impide volar con éxito. De pronto nos llama la atención una silueta elegante. A la distancia, vestida con su traje de cuero, no nos permite identificarla. ¿Quién es? Vamos haciaella. Estamos frente a una encantadora rubia. ¡Pero si es Myriam Stefford! La exquisita baronesa austríaca, que pasó hace algunos años por aquí cuando se dirigía a Norteamérica para cumplir unimportante contrato cinematográfico. Había actuado en los estudios de la U. F. A., donde se la consagró estrella de primera magnitud. Luego abandonó el cine para volver al teatro, donde
obtuviera grandeséxitos.
Y ahora, alejada del cine y de las tablas, la encontramos en este aeródromo de Castelar, disponiéndose a volar en un día pésimo. Quisimos saludarla, pero ya era tarde.
Myriam se había trepadoa su avión, y algunos segundos después se elevaba en el
espacio. La seguimos con la mirada, envidiando la felicidad con que volaba, cumpliendo así con sus propios sueños...
Y nos sorprendieron enseguida sus arriesgados virajes, "sus caídas de hoja", "sus tirabuzones" y sus "loopings".
Ahora Myriam Stefford ha vuelto a la realidad terrena. Ya está junto a nosotros.
El motor de su aviónaun trepida, jadea por el esfuerzo que le ha impuesto su arriesgada dueña.
—¡Cómo! ¿Usted nuevamente por aquí?
— Efectivamente. He abandonado mis actividades teatrales y cinematográficas paraconsagrarme a la aviación. Ni el patinaje sobre el hielo, ni la equitación, ni la natación, ni el automovilismo me han seducido tanto como la aviación.
— ¡ Vuela usted con una maestría envidiable!
—Vuelo intensamente. Todos los días. Para mí constituye una verdadera obligación, porque es uno de mis grandes placeres — ¿Piensa utilizar el avión como un medio
para viajar?
— ¡Ya lo creo ! Estoy...
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