un cuento corto de miedo

Un cuento corto de miedo
Por Manuel Hiram Leal Gonzalez.


Cuenta mi abuelita Julia, que hace muchos, pero muchos años, cuando ella era una niña pequeña, sucedió en un pueblito de la sierra deOaxaca, que se llama Juxtlahuaca, la gente vivía en un estado permanente de miedo y terror hacia la obscuridad de la noche, pues dice ella que en cuanto el sol se comenzaba a ocultar en las montañas,una espesa niebla comenzaba a bajar de los densos bosques que rodeaban la población, el ulular del viento se confundía con el lastimero ladrido de los perros famélicos que aun correteaban por lasdesiertas calles, ya que los pocos habitantes que existían se apresuraban a meterse a sus casas, con el semblante pintado de miedo hacia lo desconocido, poco a poco la niebla se tornaba más espesa, quecasi se podía cortar con un cuchillo, el silencio se tornaba cada vez más sepulcral en el pueblo, rara vez roto por algún coyote a lo lejos, en la serranía, aullando por alimento.
Así transcurre conlentitud desesperante el tiempo, hasta que la luna rasga el velo de neblina que cubre al caserío y en ese mismo instante, se rompe la callada quietud que impera, “clap… clap… clap… clap…” se escucha elchocar de cascos viejos y desgastados por el tiempo sobre la dureza de las piedras que conforman la única calle de la comunidad, rompen la obscuridad chisporroteantes y brillantes luces, que eran laschispas que arrancan a las piedras las herraduras de un caballo, caballo negro como la noche, cuyos ojos refulgían como dos ascuas ardientes y la mirada, la mirada era maligna, cargada de odio ybrotaban de sus belfos intensos resoplidos, impregnando todo el ambiente con un agudo olor a azufre, pero todo esto era nada en comparación con el intenso miedo que producía su jinete, un tipo intensamenterobusto y grande, se podía decir que era un gigante de más de dos metros, de manos grandes y cerdosas, sin embargo no se le podía ver el rostro ya que la ala del sombrero se la cubría, mas no había...