Un flashazo solidario

Un flashazo solidario

Por silvina Brizuela

Llegan cinco fotógrafos y van a retratar a todo aquel que lo desee en Casa de la Alegría, en Cancún, Quintana Roo. Ana es la primera, pero dice que desea salir bonita, su novio la besa y le dice lo hermosa que está. Dicen que la coquetería no tiene edad; Ana acaba de cumplir 104 años.
“Fue un momento muy dulce, muy tranquilo, muy reconfortante”,recuerda Daniel Baraggia tratando de encontrar las mejores palabras para graficar lo que sintió al entregar un día de su trabajo y recibir como única recompensa las sonrisas y miradas de un grupo de personas que viven casi al margen de la vida.
“Help-portrait, se realizó por primera vez en Cancún”, dice orgulloso Baraggia, fotógrafo y empresario cancunense para hablar del movimiento fundado porel célebre fotógrafo Jeremy Cowart. Ayuda-retrato es una comunidad de fotógrafos que se unen en todo el mundo para utilizar sus habilidades de fotografía para dar a los más necesitados de su comunidad local, algo especial y que quizás nunca han tenido: una fotografía profesional.
El grupo de fotógrafos que realizó esta experiencia estuvo conformado por Andrea Fernández, Adrián Martín Calaon,Karina Soto, Andrés Zúpias y el propio Baraggia, quienes pusieron a disposición de esta campaña altruista tiempo, dinero y, sobretodo, dedicación y cariño.

—¿Cómo surge la idea de activar Help-portrait en Cancún?
—Fue una invitación que me hizo una amiga y colega, Andrea Fernández, que es quien se encargó de organizar al grupo.

—¿Cuál es el objetivo de este movimiento?
—Help-portrait seinicia con la idea principal de brindarle a gente humilde, a grupos vulnerables o a cualquier persona dentro de tu comunidad que se encuentre en alguna situación de desamparo, completa atención por un día, que sientan que son especiales. Se les toma un retrato, lo imprimimos y se les regalamos. Parece algo muy simple y lo es, pero puedes ver en los rostros de esas personas la importancia que tiene paraellos, que están olvidados muchas veces, ser protagonistas un día.

—¿Cómo fue la reacción de las autoridades de la institución y de los abuelitos?
—Las autoridades nos abrieron las puertas desde un primer momento, estamos muy agradecidos. Los “abuelitos” estaban felices, colaboraron en todo, claro con algunos a veces cuesta. Por ejemplo, un señor esquizofrénico no quería sacarse la foto sino le daban un refresco, entonces vino una monjita, no sé cual fue la negociación, comenta entre risas, pero al final se dejó sacar la foto.

—¿Quién financia todo esto?
—Cada fotógrafo financia su labor al 100 por ciento. En nuestro caso éramos cinco en el grupo y todos pusimos nuestros equipos, cámaras, impresoras, cartuchos, papel fotográfico. También llevamos ropa, accesorios, etc. Paraque las fotos salgan aún mejores.

“La idea inicial era trabajar con niños, pero después barajamos todas las posibilidades y entonces contemplamos a los ancianitos de la Casa de la Alegría”, explica Baraggia, quien calificó como un “momento único”, al día de la sesión de fotos.

—¿Cuántos personas fotografiaron?
—En total fueron 36 “abuelitos” y también tomamos fotos de las hermanas quetrabajan ahí, son de la orden de las Carmelitas Descalzas, y a otras personas que laboran en Casa de la Alegría.

—¿Te quedó el recuerdo de alguno en especial?
—Todos fueron especiales y eso se refleja en las fotos. Por ejemplo, una de las señoras, Beatriz, estaba cariñosamente acompañada por su hijo y los fotografiamos juntos, pero la mayoría de ellos no tienen esa suerte de compartir con lafamilia, como contrapunto está Olga, que tiene un muñeco que lleva con ella todo el tiempo y dice que es su hijo. También fue muy reconfortante encontrar a una pareja de novios que se formó en el Hogar: Sixto y Ana.

—¿Qué es lo que más rescatas de esta experiencia?
—Lo mejor fue lo que a mí me dejó, fue un regalo para nosotros en realidad, algo muy gratificante. Se vivió un clima muy especial,...