Un mundo feliz

Esta recensión está referida a dos obras distintas: Un mundo feliz de Aldous Leonard Huxley, escrita en 1932 y El estilo del mundo de Vicente Verdú, publicada en 2003. Entre estas obras dista casi un siglo de diferencia y en ambas se presenta una visión pesimista y mecanicista del mundo, donde se muestra una sociedad regida por el condicionamiento psicológico y la manipulación mental que hoyforma parte de un sistema económico inmutable: el capitalista, que pretende universalizarse y eternizarse.
Como iremos viendo, las dos realidades presentadas en estos libros confluyen y responden a la descripción de una sociedad diseñada por un sistema que le permite asegurar su supervivencia y expansión, con el objetivo principal de alcanzar el fin máximo buscado en la era actual delcapitalismo: la producción de mercancías y bienes en masa, así como su posterior consumo.
Para favorecer tanto el funcionamiento del sistema económico del capitalismo como su modelo socio-cultural, especialmente en su última fase conocida por “capitalismo de ficción” (Verdú), las sociedades y los individuos han ido adquiriendo las características convenientes que promueven, amplían e impulsan los finespropios del capitalismo. Por ello se requiere una serie de “cualidades” personales y sociales determinadas individual y colectivamente:
1- a nivel individual, se precisan personas con poca o nula capacidad crítica, con escasa determinación para escoger o decidir, personas irreflexivas que actúen casi como autómatas manipulables y programables o incluso que se resignen a su destinopara con ello engrasar una maquinaría capitalista siempre dispuesta a engordar su beneficio que será mayor cuanto menor sea la oposición encontrada. Este tipo de personas potenciado desde esferas económico-políticas explica fenómenos tan contemporáneos como las compras compulsivas, los éxitos televisivos de programas de más que dudosa calidad consumidos masivamente, o la deshumanización indolentey mayoritaria contraria a los valores éticos fundamentales (dignidad, solidaridad, libertad, justicia, …) que lleva a la pasividad frente a las desgracias humanas, valores opuestos a la dinámica capitalista y por ello eliminados de la enseñanza, de los medios, de la vida pública… Nada ni nadie está al margen de esta realidad y el sistema está diseñado para el consumismo individual, social,global. Dos preguntas posibles que se deducen de esta situación son, si este consumismo puede proporcionar la felicidad y, si esto fuese así cómo se justificaría. Profundizando en este nivel individual y, para responder a estas cuestiones, constatamos que en ambos libros la felicidad no se propone, se impone desde el sistema económico y social. Una felicidad prefabricada compartida colectivamente, tantoen la novela de Huxley como en el modelo de “capitalismo de ficción” de Verdú. En ambos autores, la felicidad pretendida con la que viven todos y cada uno de los miembros de esta sociedad se identifica, en primer lugar, con la autocomplacencia, con la aceptación resignada de la realidad dada, con la autosatisfacción personal e inmediata (juegos, cópulas…), con el uso de fármacos y drogas, (somasen Un mundo feliz); y placebos de la realidad, reality shows, “ficciones reales”,… (sensoramas en la novela de Huxley); y en segundo lugar, se iguala, especialmente en el capitalismo actual, al consumismo, a la propiedad material, al infantilismo que se plasma en juegos, ocio y múltiples entretenimientos practicados permanentemente. Con ello, los individuos alegres, felices, estables, no pondránobjeción alguna ni se revelarán contra un modelo económico capitalista de producción masiva y de consumo “obligatorio” en el que la ideología capitalista iguala el ser con el tener, la superabundancia de bienes con el fin de la existencia, y en el que quedan sin sentido y significado por incompatibles otros ideales antiguos y modernos, pero no posmodernos, como son la verdad (Filosofía), el...