Una Mirada Diferente A “Los Últimos Personajes Típicos De Pereira”

La tradición oral de nuestros pueblos está cargada de algunos condicionamientos más que singulares, plurales, asimilando una propiedad con ciertos visos de convencionalismo carente de emotividad, de novedad, de diferencia en rumbos que se activen hacia los propósitos generosos de la invención creativa.

La tradición oral de nuestros pueblos es rica, en tanto, quienes la cuentan, sean ricos ensu modo proponente y no se limiten a la estrategia trillada de enmudecer la garantía de la distinción absoluta, frente a la masificación del actor o comediante callejero que repite su función una y otra vez hasta perderse en la monotonía perezosa del autómata disciplinado.

La literatura se ha encargado a través de la historia, de relatarnos en novelas, cuentos, poemas, leyendas y crónicas, lavida y sus componentes creativos, relacionando objeto, sujeto y contexto, en anécdotas entretenidas y sensacionales; pero hasta que punto el periodismo ha permeado esta manera artística de mostrar los fenómenos del día a día; hasta que punto las crónica escapando de su largo aliento, prestado por la literatura y el periodismo, se ha vestido mal para hacerse pasar por quien no es, perdiendo suesencia formal.

La crónica obtiene del periodismo la realidad de sus luces, y de la literatura, la forma emotiva de su presentación artística. La crónica, es la única manifestación escrita que puede hablar abiertamente de su pertenencia a dos mundos alternos, la ciencia (periodística) y el arte (literario).

Por lo anteriormente mencionado, el propósito de hacer crónica de algunos fulanos ennuestro país, ha pasado como elemento accesorio del engranaje de un mecanismo malformado, que debe su malformación a los círculos cerrados del seudointectualismo, los cuales debido a su incapacidad operativa hacen y nombran sus eventos supuestamente productivos como mejor les parece, y colaboran desde su mediocre pero protagónico punto de vista, sesgado, obtuso e irrelevante, a la muerte total delos fenómenos artísticos y científicos de las letras.

Hacer crónica en un país y una ciudad donde el respeto por el conocimiento se ha prendido del aprovechamiento irresponsable de los escándalos brillantes y polémicos del marketing; donde el folletín hace su aparición titulado con una sombra espectrante de algún diablillo de colores que compró su nombre en las roscas politiqueras, enviciadas yruines, del mercado mafioso, del amiguismo y el pupitrazo; hacer crónica seria en un tiempo no tan serio, donde la liviana figura de la literatura y la pesada sombra del periodismo se ha mal encumbrado por la farándula doméstica y salvaje, es complejo, es una tarea de estricta y responsable actividad.

La tradición oral de nuestros pueblos ha sido contada en las páginas de algunos libros, enalgunas crónicas a las cuales les falta o no llegan, pero por lo menos intentan. Intentar es una opción para un escenario al cual le sobran malos actores con ínfulas de grandeza gracias a pergaminos comprados; intentar es un punto necesario de partida para llegar a ser u obtener. Para el intento y hasta para el logro…

Existen, entre nuestros talentos muchos relatores de historias, contadores decuentos, escritores de reseñas, leyendas y crónicas, los cuales expresan el sentir de un colectivo, de un numeroso colectivo que se siente representado en aquellas imágenes, sea por contenido, forma, estilo, personajes u otros tópicos. Esas historias se hacen fuertes y sonoras promoviendo así una raíz formal apegada al cambio evolutivo o decante de los pueblos.

Es así como, entre el buscar ybuscar, con guantes nuevos, por supuesto, El Taller Literario Escultor De La Palabra halló entre los libros escritos para el patrimonio contable de nuestro pueblo pereirano, uno titulado “Últimos personajes típicos de Pereira” del periodista José Manuel Jaramillo Arcila, llamándonos poderosamente la atención lo atípico de dichos personajes.

La crónica diáfana, sin promoción de especulaciones...