Una Vida Ajena

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Una Vida Ajena.
Novela testimonio.
Autor. Pedro Brunet Ramos






Verano similar, época diferente, las fachadas cambiaron su color, las estructuras habitacionales, nuevas cosas nacen, otras murieron …
Parecía un amanecer radiante, en breve las vacaciones, sofocante el calor, aliviado solo por las aguas del río de nombre Indú, leyendade dos amores marcados por el suicidio en protesta a las pretenciones de un colonizador. El padre entusiasma con la idea de golosinas y caramelos, infantil criatura carente de afecto paterno al parecer, asiente golosa y ajena se entrega. Van calle arriba, los comercios, casas y escuelas quedan atrás, en las aceras han talado los arbustos y pinos, el caminar es bajo el ardiente sol; el vecindariocruza ausente sin reparar en ellos, cada quien inmerso en la rutina cotidiana, quizá la infantil niña carente del afecto cálido demorado por la prisión del padre.

Hay escasa congregación de público, se acomodan en la margen contemplando el desplazamiento verde azul de las aguas, ella juega con otros, él, cigarrillo entre los dedos deja escapar bocanadas de humo gris por las fosas nasales mezcladode etílico aliento de la noche anterior, viste bermuda descolorida, pullover a rayas, ella un short de tela escolar y una blusa confeccionada con la tela de lo que fuera una camisa. Se adentra Aleja en el agua con otros infantes, él permanece en la orilla, mientras ella consume en fuegos soles sus emociones y curiosidad, solo varones hay…
El tiempo se desplaza, va cayendo mortesino adentrando latarde, sin complicidad; el río deja hacer de sus aguas juegos de baños y la ribera es momentáneo descanso, las acuáticas plantas se sumergen, flotan, se apartan algunas y gradualmente va quedando desierta la piscinita al caer la tarde.


---¡Ven!..., te voy a enseñar a nadar ---dijo el padre sujentando a la hija a manera de una tabla de surfear, puesta debajo ella, él entre la superficielíquida, la tabla y la niña, cubre con su cuerpo la infantil humanidad, que al roce de la piel húmeda le va produciendo un sacudimiento eléctrico, con estremecimiento, haciéndole producir una secreción interna de las glándulas suprarrenales que van inhibiendo paulatinamente su estado de conciencia, su autocontrol; un alargamiento testicular, luego un aumento de grosor y un grito infantildesgarrado, que el tiempo no oye, que el viento no transporta, que el eco no repite, y un súbito golpe en la cabeza que lo acalla, una vez más penetra, la toma por los cabellos, la penetra y el débil cuerpo no se resiste, no mira, cierra los ojos y hunde la cabeza.





--! Cállate, no llores, así lo hace mamá, ¡mira,! ¿Ya no te duele? Ella no responde, deja de llorar por la presión ejercida,mientras el agua de verde azul torna a morado violáceo y el desmadejado infantil cuerpo, desgarrado el short y la blusa, como si hubiera sido atacado por una fiera, parece volver en él, mira en derredor, no hay nadie, ha caído la tarde sin la noche; todo es oscuro, oscuridad de la mente, la toma en sus brazos y como un furtivo ladrón cruza la calle, a mediación de ella la deja en el banco exterior deuna escuela, ensangrentada, rota las ropas y desgarrada la infantil virginidad.
--!Óyeme!.., no digas nada, porque te mato y a tu mamá también, dí que fue un negro con argolla


y la cabeza pelada,? oíste, oíste?-- Se marcha, la deja en el banco y encamina sus pasos a la casa de unos de los consortes de causa .
---González, y la niña? ---Lo interroga Dionea, --¿no está aquí?--- Unainterrogante y otra también por respuesta. ----Pues mira, yo la hacía aquí, la dejé en la esquina de la tienda, seguro fue a la casa de mamá, espera un rato… --- Con cínicas despreocupaciones trata de calmar a la mujer, desvía la mirada, ¿ pero y la conciencia, tendrá conciencia.?
Pintada la fachada de un aceitado verde intenso, chillón, puertas carmelitas y ventana de hojas; gustoso amueblado,...