Vampiros

Desde que era pequeña me había llamado la atención la luna; con ese resplandor tan hermoso, me encantaba la noche y esa brisa que producía, la esperaba ansiosa, bueno, debo admitir que no siempre fue así.

Todo comenzó cuando tenia solo 5 años lo recuerdo como si hubiese sido ayer, en ese entonces me aterraba la oscuridad junto con la soledad que producía, me había quedado jugando en el parquey había perdido la noción del tiempo, no sabia como regresar a mi casa, me había arrepentido, simplemente escaparse no había sido buena idea, no sabia que hacer, los arboles a mi alrededor se tornaron figuras aterradoras de igual manera el sonido de la noche, estaba sola y el frio de diciembre era desgarrador, me limite a pararme del columpio con dificultad claro, nunca había tenido buenequilibrio, camine sola por la nieve, no tenia ni idea hacia donde me dirigía, no recordaba por donde era mi casa, estaba demasiado aterrada, de vez en cuando me hundía un poco en la nieve y esto me impedía caminar, sentía que alguien me perseguía pero no quise voltear, mamá siempre me decía que no era bueno hablar con extraños ya que no se sabia si sus intenciones serian buenas, caminaba un poco másrápido tan rápido como mis pequeñas y cortas piernas podían y tropecé en la nieve fría, sentí una tristeza enorme, mis ojos se cristalizaron y rápidamente comenzaron a bajar lagrimas de ellos, comenzó a llorar aun tirada en la nieve, me sentía muy sola pero tal vez eso cambiaria muy pronto…

- ¿Por qué lloras? – me pregunto una voz haciendo que volteara hacia atrás para ver de quien se trataba
-Quien… quien eres tu – pregunte
- SCH… - me hizo callar

Y solo me limite a obedecerlo, me tomo por la cintura y me levanto poco a poco, poniéndome de pie frente a el, no lograba verlo muy bien, pero extrañamente sentí una calidez en él, me sonrió con mirada tierna y me tomo la mano, no le quitaba la mirada de encima, todo el tiempo en el que estuvimos caminando lo observaba con notablesonrojo, no sabia a donde nos dirigíamos, estábamos dentro de un bosque, tan frio, tan oscuro, un búho paso repentinamente frente a nosotros, me asuste demasiado que me aferre de la gran capa negra que llevaba puesta escondiéndome del miedo que sentía

- Hampa, no tienes por que tener miedo – dijo al momento de sobarme suavemente la cabeza – yo estoy aquí – me susurro con ternura

me volvió a tomarde la mano y seguimos caminando, sentía curiosidad, curiosidad por saber de quien se trataba, no le había logrado ver bien el rostro, ya que era muy alto, claro yo solo contaba con 5 años, lo seguí mirando detenidamente hasta que note que nos habíamos detenido, mire al frente y ahí estaba, la gran mansión que se mantenía alejada del resto del pueblo, la que tenia una gran reja rodeándola, un bellojardín y grandes terrazas, parecía un castillo hermoso, pertenecía al dueño de unos grandes viñedos siempre ocupado sin poner la más mínima atención en su pequeña hija.

- ya llegamos esta es tu casa ¿cierto? – me pregunto al momento que se agacho hasta quedar a mi altura, como había predicho era más que bello no se comparaba con los príncipes de los cuentos que estaba acostumbrada a leer, supiel era pálida, su cabello era un poco largo, alborotado más bien de un color negro, se notaba que era muy sedoso y sus ojos azules, un azul tan intenso que parecía que con ellos podía ser capaz hasta de ver lo que pasa por tu mente, sus parpados eran de un leve color purpura y sus labios tan definidos apostaría mi vida que eran los labios más suaves.

- sus…si – conteste con un poco denerviosismo ante su mirada

Sus labios formaron una sonrisa leve que me hizo sentir de alguna manera un alivio enorme. De pronto corrió una brisa helada que me hizo tiritar y cerrar los ojos por el aire tan helado que me quemaba la piel.

- creo que llego la hora de irme – pronuncio en un susurro – ten más cuidado la próxima vez ¿de acuerdo? –

Dicho esto acerco la mano que tenia libre - pues...