Van Parijs, aplicación práctica

“¿Qué es una sociedad justa? Introducción a la práctica de la filosofía política” es una obra del belga Philippe Van Parijs, en la que, partiendo del utilitarismo y de Rawls, se analizan luego el libertarismo y al marxismo, y comparará y enfrentará estas distintas posturas de como concebir una sociedad.
En este trabajo plantearé los principales puntos tratados en el capítulo 4, de la parte IIde esta obra “Teorías”, llamado “Un dilema del marxismo”. Con más ahínco explicaré las nociones que usaré con posterioridad para relacionar con el caso de la imprenta Pressur, es decir, una empresa que funciona gestionada por sus propios trabajadores y sin un patrón que disponga de un capital inicial.
Van Parijs se propone en este capítulo el analizar la crítica principal del marxismo alcapitalismo, es decir, la injusticia que subyace en este sistema. El filósofo busca distinguir que es lo injusto del capitalismo y para esto expone tres condiciones que alguna característica deberá cumplir para poder probar que el capitalismo es un sistema que no garantiza justicia a quienes vivan en él. Las tres condiciones son: algo debe existir en toda sociedad capitalista y debe ser imposible poderconcebir una sociedad de este tipo sin él; este rasgo debe ser éticamente reprobable; y, por último, este supuesto no puede estar presente en ningún otro sistema social existente1.
El autor toma el ejemplo de la explotación, en lo que él la llama “el sentido paradigmático”, y explica: “(…) restrinjamos nuestra atención a una sociedad ficticia en la cual existen (…) los trabajadores y losno-trabajadores. Los primeros producen todos los bienes disponibles en esta sociedad (…) El saldo será llamado producto neto”2. En la lógica marxista, los trabajadores serán la fuerza obrera mientras que el grupo de los no-trabajadores incluye tanto a niños, ancianos, discapacitados como a los burgueses dueños de los medios de producción. Hay explotación en el sentido paradigmático solamente si losno-trabajadores se apropian de una parte del producto neto3. Y para ser todavía más claro, define claramente que es “apropiar”, separándolo del término “consumir”. Los no-trabajadores consumen parte del producto neto si y los trabajadores en conjunto deciden entregar, por puro altruismo, una parte de este producto neto. Pero como los dueños de los medios de producción, por definición misma delcapitalismo, tendrán una ganancia cuando los trabajadores realicen sus tareas, se están apropiando de parte del producto neto. Y se lo apropian porque los trabajadores no entregarían este sobretrabajo (así define Van Parijs a la porción del producto neto cuando es apropiado por los no-trabajadores) por altruismo. Así que, concluye Van Parijs, la explotación paradigmática es inherente al capitalismo4.Pero con este no se resuelve el problema primero. Se necesita demostrar que la explotación paradigmática es éticamente reprobable. Van Parijs va por el camino de quienes defienden de que lo que el trabajador fabrica con sus manos le pertenece. Para probar que los dueños de los medios de producción también son dueños de lo trabajado, ya que si ellos no ceden su tecnología y su capital no hay nadasobre lo que trabajar, propone el siguiente ejemplo:
“Imaginemos dos sociedades autárquicas5 plenamente controladas por sus trabajadores. Por una misma cantidad de trabajo efectuado, una goza de un nivel de vida mucho más alto que la otra, por disponer de un acceso más fácil a la energía (su suelo destila petróleo). ¿Es tan evidente que sus trabajadores tengan derecho a la totalidad del producto delcual son los únicos creadores? El hecho de que la productividad sea fuertemente influida por las condiciones naturales ¿no deja caer una duda fatal sobre la plausibilidad ética de tal principio? Yo creo que es válido dudar.” 6.
El capítulo continúa con el análisis del intercambio entre lo que los miembros de la sociedad contribuyen a ella y lo que reciben como beneficio a cambio, del problema...