Ver, oír y callar
Diario de campo 1: La llegada
La última comunidad de la colina
La llegada
De enero a agosto del año pasado, el joven antropólogo
Este probablemente no es el mejor día para iniciar la in-
salvadoreño Juan Martínez convivió en el día a día de una
vestigación. El calendario marca 18. Malos presagios para
colonia dominada por la MaraSalvatrucha en el Área Met-
la Mara Salvatrucha 13. Este día la pandilla Barrio18 suele
ropolitana de San Salvador. Durante su insistente investi-
cobrar los muertos que hicieron los MS cinco días atrás, el
gación de campo escribió, en código de realismo etnográ-
día 13. Se respira un aire tenso en toda la colina.
fico, este diario de campo que La Sala Negra presenta
a manera deminiserie escrita, de pequeños retratos que
Mientras subimos en busca de la última comunidad en la
forman un panorama. Cada lunes y jueves, con extensión
cima de esta colina las miradas se nos van pegando como
variable, los lectores encontrarán los diarios que se es-
lapas y nos escoltan intimidantes hasta dejarnos en ma-
cribieron allá en La última comunidad de la colina.
nos de otropuñado de ojos que repiten el procedimiento.
-Dale un poquito más rápido si podés, broder.
Es Marcos, el segundo tripulante de la pequeña moto china en la que nos trasportamos. Me obliga a forzar el motor hasta hacerlo chillar exhausto. La maquina puja y se
queja con un grito metálico cada vez que entramos en un
nuevo bache. Y Marcos repite, tratando de esconder su
nerviosismo:
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salanegra de elfaro
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La última comunidad de la colina
Diario de campo 1: La llegada
-Quizá mejor más rapidito, vos. Ya cuando vayamos más
años. Ha vivido en esta comunidad casi toda su vida. Su
arriba le damos más al suave.
hermano fue miembro de la Mara Salvatrucha y él conoce
estos caminos como la palma de su mano. Ahora me guía
Las comunidades por las que pasamos tienenun aire rural.
por este infierno como un Virgilio en la divina comedia; y
Bruscamente bucólico. Son calles de tierra y casitas con
yo, como un Dante torpe y asustado, obedezco sus indi-
solar en donde crecen pequeñas hortalizas. Casi todas
caciones a rajatabla. Si me dice que no vea hacia algún
las viviendas son de ladrillo y techo de fibrocemento. Sin
lado, no lo hago; si medice que acelere más, presiono la
embargo, aun se distinguen los resabios de las chozas de
moto sin chistar.
lámina y cartón que fueron en algún momento. De no ser
por los grafitis parecería un caserío común en los linderos
-Vaya, aquí ya dale más al suave, aquí ya es zona Sal-
de alguna ciudad. No es época de lluvias, pero cada cierto
vatrucha.
tiempo nos topamos con algunaquebradita escuálida por
donde aun resiste algún hilito de agua sucia. Hilito que en
Me dice, y por el tono con que lo hace supongo que esto
invierno se vuelve un monstruo caudaloso y amenaza con
debería de tranquilizarme. Poco a poco van apareciendo
barrer cualquier vestigio humano de por aquí.
en las paredes, cada vez en mayor numero, grafitis de la
MS13 pintados en tinta negra oazul. A medida que subi-
- Aquí todavía no es lo más paloma. Por allá está la quebrada donde botaban los muertos.
que los amos de estas dos letras viven aquí.
Dice Marcos, y con estos comentarios ameniza nuestra
Llegamos a nuestro destino, la última comunidad de esta
subida por la colina. Es un hombre joven, de unos 19
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mos, los postes, las paredes, las banquetas, nosinforman
colina. En la entrada nos recibe un gran mural de la pan-
sala negra de elfaro
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La última comunidad de la colina
Diario de campo 1: La llegada
dilla, custodiado por un puñado de hombres jóvenes que
En la entrada nos encontramos a Gustavo pintando unas
al vernos se paran desafiantes y levantan la cara, como
letras de colores en la pared. Es el encargado de este...
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