Viaja escusa de esperar la voluntad de Dios

Páginas: 20 (4754 palabras) Publicado: 14 de agosto de 2014
LA VIEJA EXCUSA DE ESPERAR LA VOLUNTAD DE DIOS

Conozco a un amigo que tiene todas las cualidades y aptitudes para hacer algo en realidad grande con su vida para el reino de Dios. Mirándolo desde afuera, puedo darme cuenta de lo que podría alcanzar con todo el talento y el potencial que posee. No obstante, cada vez que nos vemos me dice lo mismo desde hace años: «Estoy esperando laconfirmación de que estoy en la perfecta voluntad de Dios».
Mientras algunos seguimos avanzado, él siempre permanece en el mismo sitio. Los años van pasando para ambos, sin embargo, mi amigo continúa pedaleando en una bicicleta fija.

*****

Desde hace un tiempo, he tenido la necesidad de hablar en cada una de mis conferencias acerca de toda la falacia que se ha generado en derredor de lo que llamamos«la voluntad de Dios». Por supuesto, yo creo en ella y estoy convencido de que no podemos hacer nada fuera de los designios de Dios, pero es preocupante ver a tantos miles que se quedan varados en alguna estación de la vida porque están esperando que la voluntad de Dios los alcance. Como consecuencia, nunca llegan a su destino.
La Biblia es nuestro manual espiritual, y allí podemos ver de maneraclara cómo manejarnos en la vida y qué podemos esperar de nuestro futuro. Así que cuando nos dedicamos con ahínco a descubrir nuestro destino y nuestro propósito en la vida, no estamos haciendo otra cosa que descubriendo la voluntad de Dios para nosotros. Por eso recalco que el destino no es aquello que alguien puede forjarse o inventarse, sino lo que una persona logra descubrir. Un descubrimiento esalgo que ya existía, solo que un buen día damos con ello.
La mayoría de las personas no logran descubrir la razón por la cual Dios quiso que nacieran, y por lo tanto, nunca logran estar en el centro de la voluntad de Dios.
Hasta aquí no hay discusión. La voluntad de Dios es tu destino y viceversa, y nos toca a nosotros encontrarlo y seguirlo hasta el fin de nuestros días.
El problema surgecuando mistificamos nuestro caminar diario a un punto tal que queremos pasar por ese mismo tamiz las decisiones que no admiten discusión y, en ocasiones, ni siquiera oración. Así es, lo escribiré de nuevo: algunas cosas ni siquiera admiten oración (sé que esto último puede sonarte fuerte, pero antes de despedazar este libro y quemarlo en una hoguera, permíteme seguir avanzando).
Por ejemplo, todossabemos que debemos alimentarnos a diario, bañarnos y respirar. Sin embargo, a nadie se le ocurriría pensar cada mañana: «No sé si sea la voluntad de Dios que hoy me bañe, desayune y respire, no haré ninguna de las tres cosas a menos que Dios me lo confirme».
Mis hijos saben que mientras vivan con nosotros y sean menores de edad, deberán cumplir ciertas normas de la casa. Si ellos quierenquedarse mirando televisión más allá de la hora estipulada, deben preguntarnos. Lo mismo ocurre si van a salir a algún sitio o piensan hacer algo fuera de lo habitual. No obstante, a ninguno de ellos se le ocurriría preguntarme si es mi voluntad que durante la semana vayan al colegio. O si es mi deseo que desayunen esa mañana o no me ofende que vayan al baño cuando tengas ganas de hacerlo.
Todos sabemosqué hacer al levantarnos sin la necesidad de preguntarle a alguien más.
Sin embargo, conozco a mucha gente que tienen tal temor de hacer algo incorrecto y fuera de lo que ellos creen que es «la voluntad de Dios», que ni siquiera hacen lo que se supone que les corresponde hacer.
Una vez despedimos a un empleado de nuestra compañía por razones de incompatibilidad con lo que nosotros estábamosnecesitando. De pronto nuestra productora accedió a otros niveles de compromiso y responsabilidad, y consideramos que este muchacho no estaba a la altura de las circunstancias.
Luego de varios meses de haberse ido, nos enteramos de que aún continuaba sin trabajo. Nos sorprendimos bastante, ya que no dudábamos de su capacidad, pero luego hablamos con su esposa y nos comentó que hacía siete meses...
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